
Este es el segundo año que trabajo con una niña con problemas visuales. Esto implica muchas adaptaciones, por ejemplo la de las técnicas usadas para realizar las actividades propuestas. Estamos trabajando los animales en cuatro años y nuestro trabajo de mesa consiste en colorear un león. Para M., nuestra alumna invidente, no resulta significativo usar una cera o un rotulador para colorear. Sin embargo, si le punteamos el trabajo de mesa y le damos plastilina para que la pegue y la extienda por dentro de la zona punteada, la tarea adquiere un sentido. La plastilina dotará al papel del relieve necesario para que note cómo se va coloreando el dibujo. La actividad será significativa para ella.

A M. le punteamos los trabajos de mesa con un punzón para que ella, junto con su cuidadora, trabaje conceptos espaciales. La idea de colorear con plastilina surge de nuestra intención de que, en la medida de lo posible, haga lo mismo que los demás. Para que esta n integración sea más verdadera, a los demás chicos les proponemos también colorear con plastilina la melena del león. El resultado es el que podéis ver en las fotos que aparecen en este post. Con M., durante esta actividad, trabajamos los conceptos “in” and “out”. Tenía que poner y extender la plasti dentro de la figura de puntos. El extender la plastilina también nos sirvió para que ejercitase los dedos, dado que tiene en ellos poco tono muscular. Como no puede aprender por imitación visual, usamos el método de coger sus manos, poner las nuestras sobre ellas y realizar la actividad durante el tiempo necesario para que comprendiera qué tenía que hacer. Se lo enseñó a su madre muy orgullosa de su trabajo.