A este tipo de contaminación, como a la acústica, no parecemos dedicarle mucha atención (a no ser que no nos deje dormir), pero si pensamos en lo difícil que resulta en algunas ciudades el observar las estrellas, esto empieza a ser preocupante. En este caso, el mapa está construido sobre estudios, y no sobre observaciones. Destacan las grandes aglomeraciones urbanas. Las zonas marcadas en blanco, el magenta y el rojo representan una elevada contaminación lumínica, en las que se pueden apreciar de 0 a 150 estrellas en una noche sin nubes. Por el contrario, el azul oscuro y el negro indican lugares donde es posible observar la Vía Láctea y entre 1.500 y más de 3.000 estrellas.
Deslumbrando. España lidera la iniciativa Starlight en defensa del cielo nocturno</strong></a>