El cartel de los recortes

Los recortes en la publicidad También la publicidad comercial ha aprovechado los recortes para hacerlos suyos, en los precios. En una conocida taberna y restaurante cercano a casa se exhibe este cartel fijo, tipo valla, en el que se publicitan precios de bebidas y raciones, en una estrategia que aprovecha la labor propagandística de fuerzas sociales, sindicales y populares, muy ayudadas, todo hay que reconocerlo por el gobierno, su presidente y sus ministros, que no paran de hacer méritos en una desenfrenada y loca carrera.

Aquí, en la valla, el emisor, el dueño, se ha lucido, porque los conocimientos previos del sufrido receptor, la clientela, son obvios después de varios años de palo y tente tieso. El contexto, lamentablemente, va a convertirse en una eternidad, pues cuando un optimista anuncia que para el 2014 se remonta la crisis, aparece un pesimista, es decir, un optimista bien informado, posponiéndolo para el 2015. El tono, directo, sin concesiones, aseverativo, rompedor, como todo cartel que se precie, con los números redondos de los precios de combinados y raciones para información del consumidor.

El reto publicitario es enorme: ¿Para cuándo un cartel publicitario, “sanidad privada, sí, a 50 céntimos la receta”, “se vende instituto sin plantilla y libre de obligaciones”, “viajes culturales por los centros comerciales, coste cero”..?

Por ideas, que no quede.

Carteles de la crisis (IV)

Los contrastes

Diputados y maestrosEn las imágenes de la izquierda los diputados se aburren, bostezan, dormitan, se distraen con otras ocupaciones o simplemente se hunden en la poltrona. Son los emisores malos.

En imágenes contrapuestas maestros y maestras explican sirviéndose de la pizarra, ayudan en un trabajo en equipo, contestan a preguntas de escolares. Son los emisores buenos.

Es obvio que la remuneración de una ocupación es altamente productiva y no solo en dinero, como se indica al pie de las fotografías, también en contactos, influencias, dietas, pagas extras, futuro asegurado. Con todas estas gratificaciones es obvio que uno, el político, puede dormir a pierna suelta donde le venga en gana.

Desde un tiempo a esta parte, será porque la crisis y los recortes aguzan el ingenio como antes las dictaduras, algunos se dedican a recopilar el humor disperso, satírico, ácido, irónico, el que a la larga acaba por roer los cimientos del sistema…

Los carteles de la crisis (III)

La historia sagrada

Utilizando la iconografía religiosa de los evangelios, Jesucristo figura central en su túnica blanca resplandeciente, que realiza milagros, ya se sabe, lisiados, ciegos, leprosos.., icono con una larga tradición en las artes, cabe un diálogo trasgresor y satírico.

Soy de aquí de to la vida

En primer lugar la situación y el contexto, Judea, siglo I, sabemos que esta era una babel de razas, clanes, grupos: judíos, romanos, samaritanos, esenios, fariseos, griegos…

En segundo lugar nuestros conocimientos, Cristo curaba enfermos, incluso muertos, caso de Lázaro, sin preguntar su origen, o al menos no hay noticia de tal interés en los evangelios.  Así empezamos a encontrar similitudes con nuestro contexto actual, nuestros médicos no se han preocupado hasta ahora por saber de dónde procedía el enfermo, sino por su dolencia.

Verificada la condición de aborigen, nacional, “de aquí de to la vida”, se puede proceder a la cura. El uso del registro vulgar refuerza la confianza en la palabra del enfermo arrodillado, la tarjeta sanitaria en regla de nuestro contexto.

La contrapublicidad opera con imágenes conocidas para, alterando a veces los diálogos, poner en cuestión el producto. Aquí se trata de extrapolar una historia bíblica que considermos paradigmática.

Los carteles de la crisis (II)

Las condicionales

Estamos ante el emisor individual, una o un manifestante que realiza un cartel rudimentario, sobre un soporte barato, cartón o cartulina, para unos receptores inmediatos, los manifestantes o el público que acoge las protestas. Pero en este caso un fotógrafo oportuno ha hecho circular el mensaje en las redes sociales, con lo que el receptor se ha multiplicado exponencialmente.

Los textos, sin apenas artificios publicitarios, tan solo en mayúsculas, por legibilidad, y uso de colores para resaltar alguna palabra clave, están construidos de una manera similar en su sintaxis.

Los autores han escrito su mensaje en forma de condición, la estructura es de prótasis, o condicional delante, “si lo llego a saber”, y apódosis detrás, principal. Como, por otra parte, suele ser habitual en las condicionales en castellano. Están planteadas en presente de indicativo y se trata de hipótesis reales.

La virtud de estos tres carteles es que aluden a tres de los problemas que ha traído la crisis: la falta de adecuación entre la preparación y el mercado de trabajo, el exilio forzado de los titulados, la represión policial.

Los carteles de la crisis (I)

Aquí el minero actúa como un doble emisor. Está acompañado de la autoridad, sin rostro, anónima, lo que realza su condición civil, de persona que nos mira afable, de frente, desarmado.

Sostiene el cartel, que es parte del mensaje y la explicación de la protesta, pues de ello se trata, se haya ante una sede gubernamental, la de la Junta, y la del partido en el gobierno, PP, situación, contexto extralingüístico. Supone de los receptores bastante, que conocemos una lucha, la de los mineros asturianos, su marcha posterior de protesta y solidaridad hasta Madrid, conocimientos enciclopédicos.

El cartel tiene un código lingüístico, el asturiano, bable, aunque es perfectamente entendible por sus leves variaciones diatópicas respecto al castellano, un código tipográfico, el logotipo de Bankia, y una imagen, icónico, una de las torres Kío convertida en el pozu minero donde el gobierno sepultará el dinero, los 24 millones de euros. Continuar leyendo

El futuro del libro, ligado al de las bragas

Un cartel como este solo cobra sentido con la mercancía que posa al lado, es decir, las bragas, esparcidas en el mostrador, y los libros en dos montones, referente. Se supone que el libro, a elección del consumidor, cliente comprador de bragas, el receptor en el mensaje publicitario, es un gancho, de la misma forma que la compra de productos en un supermercado te proporciona regalos de lo más variopinto, desde juegos de sartenes, a toallas o a afilados cuchillos.

El futuro del libro

Se supone que la oferta es hasta agotar existencias, posee un límite temporal, contexto. ¿Está este calculado de antemano? ¿Habrá libros suficientes para hacer frente a la compra desenfrenada de bragas? A tenor de la pila de títulos, sí. ¿Qué hará el vendedor con los libros restantes, caso de que sobren y haya agotado las bragas?

El título del primero de ellos “Elegía…”de Ángel García López y el formato similar del resto no deja lugar a la duda, se trata de poesía, quizás el género menos comercial, más proclive a ser vendido a peso – que es seguramente como los adquirió el comerciante – o terminar convirtiéndose en pasta de papel.

Continuar leyendo

Cuando el azar se convierte en denuncia

El mensaje estaba allí, en las vallas publicitarias, pero solo un receptor aventajado, sagaz, supo verlo y lo convirtió en contrapublicidad. El azar une a veces dos realidades que se tocan íntimamente, una promesa electoral del PP y el título rotundo de una película de estreno, LADRONES:

Vaya con las vallas

Vallas publicitarias

Esa instantánea lo dice todo a través del contraste en sus códigos, el primer cartel en azules, la foto sugerente de la ilusionada candidata frente a los tonos sombríos de la película y los rostros de los facinerosos con los policías haciendo frente, se supone, a los criminales. Incluso ese subtitular tan expresivo, “todos buscan algo”.

Aunque la circulación de la fotografía por las redes sea más tardía, está tomada en plena campaña electoral, noviembre. Pero es tras esta, y la llegada de ese partido al poder, y los meses de gobierno, cuando la foto se convierte en una crítica contundente, contexto.

El cartel innovador

La movilización por la crisis ha convertido concentraciones, manis, plantes, en un desfile de personas, emisores, con su aportación crítica en forma de cartel diferente, llamativo, algo difícil si se considera el abultado número de eslóganes, lemas impactantes que se han acuñado en estos meses:

Coplillas

Coplillas

 

Aquí la persona autora ha optado por un mensaje que remeda, parodia una copla, una de las estrofas más sencillas y populares en castellano, archiconocida, de corro infantil, usada para saltar a la comba, cuatro hexasílabos con rima en los pares: “Al pasar la barca, me dijo el barquero…”

 

Aunque solo tras el escándalo ruina de Bankia es entendible y cobra actualidad, es decir, lo que llamamos referente. Todo ello enmarcado en unas coordenadas más amplias, la crisis del ladrillo, la temida burbuja y su estallido, otra magnifica metáfora, y la necesidad de inyectar dinero a los bancos, a costa del contribuyente, contexto.

Es posible que el público de la pancarta, receptor directo en vivo, fuera restringido y cómplice, manifestantes, también portadores a su vez de otras pancartas. Pero el hecho de aparecer en los medios, vídeos, youtube, televisiones, además de las redes sociales, que es de donde este mendas lo ha cogido, ha multiplicado por mil su recepción.

Es evidente que el código letras mayúsculas negras para facilitar la lectura, y un pequeño guiño en verde imitando el logotipo de la entidad Bankia y del humorístico neologismo “Bankiero”, o sea, el expresidente  Ratio, perdón don Rodrigo.

Gracias Jakobson, Roman, por tus elementos de la comunicación.

Los nuevos vocablos de la RAE

Sí, desde junio tenemos nuevas palabras admitidas por la RAE. Algunas sorprendentes, creíamos que el uso común ya las había incorporado, pues no. No estaban incorporadas por la RAE. Por tanto, vivían en ese limbo que supone estar en boca de todos pero no en el diccionario.

Así, cito de memoria, “ugetista”, “pepero” – con todos los que hay -, “sociata”, incluso “okupa” era un término alegal. En este caso no creo que a los protagonistas les importara, aunque la definición se quede, a mi entender, algo corta: “movimiento radical que propugna la ocupación de viviendas o locales deshabitados”. Bien por lo de deshabitados, claro, pero, ¿no se podía haber ido más allá señalando sus fines de denuncia de la especulación, falta de viviendas para jóvenes, etc.?

Se agradece la ampliación de acepciones para “tableta”, ahora “dispositivo electrónico con pantalla táctil y con múltiples prestaciones”, y la de “canalillo” para referirse a la concavidad que separa los pechos de la mujer como se muestra desde el escote. ¿Y si no hay escote? Por preguntar que no quede.

Desde las nuevas tecnologías estamos de enhorabuena porque por fin se admiten “chat”, “blog”, “teletrabajador”. Nos tomaremos un descanso en el teletrabajo del blog para hacer un comentario en el chat.

Y es que la comunicación, el idioma, el pueblo, siempre va unos añitos por delante de los sesudos tipos de la Academia.

Pamplona babel

Una de las muchas y ricas aportaciones que la inmigración ha traído a una comunidad racial, cultural y lingüísticamente compacta, aunque haya que recordar la presencia desde siempre de dos lenguas autóctonas, euskara y castellano, es la convivencia entre lenguas.

Una empresa de traducción del barrio así lo ha recogido en un detallado cartel en su escaparate. Una muestra de esa babel lingüística que uno puede escuchar en las calles, a poco que aguce el oído:

Pamplona babel

Están censados 73 idiomas y anima a informar sobre cualquier otro que haya pasado desapercibido a los de esta empresa. Algunos son próximos, europeos, occidentales, como el ruso, el ucraniano, el alemán, el búlgaro, el portugués, aunque oírlos en la vieja Iruña todavía produzca asombro. Otros nos han venido procedentes de una emigración diversa y culturalmente alejada, el árabe, el berebere, el turco, el chino…