En nuestra mesa de trabajo y en la de nuestros escolares conviven o se agolpan pacíficamente libros, enciclopedias, manuales y tecnologías digitales. Pero es obvio que la sociedad de la información y su joya más preciada, internet, no nos van a redimir de leer. Todo lo contrario, asomarse a una información solicitada sobre el asunto más inverosímil en la Red produce vértigo Todos los contenidos en papel impreso han pasado o están pasando a formato digital, y además hay miríadas de contenidos que nunca pasaron por la imprenta. La capacidad de absorción, la voracidad de la Red parece infinita. Porque la web contiene y proyecta, en cierta manera como un gran espejo, lo que somos, para bien y para mal.
Sin embargo, la información acumulada no es necesariamente conocimiento… Continuar leyendo