El naufragio de La Medusa

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La Balsa de la Medusa (“Le Radeau de la Méduse”) es una pintura al óleo realizada por el pintor y litógrafo Théodore Géricault entre 1818 y 1819, convertida en un icono del Romanticismo francés. Inspirada en el naufragio de la Méduse, fragata de la marina francesa, que encalló frente a la costa de Mauritania el 5 de julio de 1816, se encuentra expuesta en el museo del Louvre.
Si ya anteriormente este cuadro me había impresionado por su fuerza trágica, cuando conocí a la familia de mi marido y me contaron la relación de este episodio con sus antepasados, me dejó cautivada, ya que uno de ellos viajaba en la fragata.

Me gusta oír a Bernard, mi suegro, contar la historia cuando se lo pedimos y nunca se hace de rogar, consciente de su papel transmisor de la memoria familiar.

El contexto de la época
Los hechos datan de 1816 y, aunque tuvieron un gran eco en la época, sólo el cuadro los rescata del olvido.
En Francia Napoléon ha sido definitivamente vencido en 1814 y la realeza restablecida. Las hostilidades entre Francia y prácticamente el resto de Europa terminan. Los ingleses, en el marco de un acuerdo sobre la división de las zonas de influencia en África, devuelven Senegal a Francia. Con el fin de tomar posesión de esta colonia una flotilla deja el puerto de Rochefort el 17 de junio de 1816 con la fragata Medusa a su cabeza. Trescientas sesenta y cinco personas participaban en esta expedición.

El naufragio
El capitán, nombrado en este puesto más por su fidelidad al rey que por sus cualidades de navegación, muestra su incompetencia. A pesar de las advertencias de sus marineros y de las señales desesperadas de otro navío de la flotilla, persiste en sus errores y acerca la Medusa peligrosamente a las costas de Mauritania. Finalmente ocurre lo que se veía venir, el buque encalla sobre un banco de arena.

El abandono del barco
Una vez encallado y tras vanos esfuerzos por sacarlo a flote, deciden abandonar el navío en medio de un mar agitado y con pocos botes para acoger a todos los náufragos. Los oficiales, el gobernador y el capitán, suben a dos botes medio vacíos. Serán rescatados por otro navío y llegarán sin problema a San Luis de Senegal. Una parte de la tripulación y de los pasajeros, unas cien personas, se amontona en una chalupa y dos botes, y la guarnición de ciento cincuenta y seis militares, que estaba a bordo, en una balsa improvisada. Los botes tratan de remolcarla y, evidentemente, con un mar tan agitado, no lo consiguen. El oficial que manda el convoy decide cortar las amarras y abandonar a estos desafortunados a un destino atroz.

La balsa, su destino
Tras 13 días a la deriva bajo un sol abrasador, sólo quince náufragos fueron recuperados. Los otros, más de ciento cuarenta, ya no estaban en la balsa, unos matados entre sí luchando por los pocos víveres de que disponían, otros engullidos por el mar o muertos de hambre y de sed. Los rescatadores quedaron estupefactos ante el atroz espectáculo que mostraban. De los 15 supervivientes seis fallecieron en el hospital de San Luis.

Relación con nuestra familia
Quizás os preguntéis si nuestro antepasado se encontraba en la balsa. Afortunadamente no, pero sí viajaba en la Medusa. Regresaba a Senegal para tomar posesión de su puesto de notario acompañado por ocho miembros de su familia. Habían conseguido subir a uno de los botes encargados de remolcar la balsa. Su suerte fue menos trágica aunque también les esperaban grandes dificultades en la costa mauritana, donde desembarcaron. La marcha por el desierto hasta San Luis con mujeres y niños bajo un sol tropical y frente a la hostilidad de los moros fue también una terrible prueba. Consiguieron superarla gracias a los conocimientos que nuestro antepasado tenía del lugar.

Su estancia en Senegal está llena de otras desventuras, pero esa es otra historia, que Bernard nos relatará en otra ocasión, para nuestro gusto.

En junio de 2016 se cumplirá el 200 aniversario del viaje de la fragata La Medusa hacia Senegal y en julio su fatídico naufragio. Actualmente estamos organizando una reunión familiar en torno a este hecho, para lo que estamos elaborando un blog que relate lo acontecido y otras anécdotas. Os invito a visitarlo:

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Blog “Les Picard sur La Méduse”

El Camino de la Bahía (Hendaye)

Es uno de mis paseos preferidos, que he recorrido durante años y que siempre tiene algo nuevo que mostrar. Así es la naturaleza, al margen de la mano del ser humano, sorprendente.
Es la desembocadura del río Bidasoa.
Pero antes de desembocar en el Océano Atlántico el Bidasoa se ensancha en la bahía de Chingoudy, rodeada, en tierra, por Hondarribia, Irún y Hendaye.

Las tres ciudades, unidas por el río, se han propuesto ponerlo en valor y han creado el Camino de la Bahía, en el que el paseante descubrirá su historia, su cultura y la naturaleza. Para ello encontraremos 49 paneles explicativos, que comienzan a pie del dominio de Abbadia y terminan en el cabo de Higuer, a lo largo de unos 22 km., solapándose los tres primeros con el Sendero del Litoral a lo largo de la playa.

El recorrido más interesante se encuentra en la parte francesa, transcurriendo la parte española mayoritariamente en carretera o ciudad.

A lo largo del camino hendayés caminaremos por la playa hasta llegar al puerto deportivo de Sokoburu, el muelle pesquero de la Floride y los astilleros. Bordearemos la Bahía de Chingoudy con su reserva de aves marinas, hasta llegar al pequeño puerto de Caneta, pasando bajo los antiguos muros del viejo castillo de Hendaye destruido en 1793 (un viejo cañón recuerda los conflictos entre las monarquías españolas y francesas). Pasaremos por delante de la casa del escritor Pierre Loti. Bajaremos de nuevo para seguir bordeando el río sobre una nueva pasarela, que evita atravesar toda la ciudad de Hendaye, pasando bajo los puentes fronterizos, hasta llegar a la zona industrial de Joncaux. Veremos la isla de los faisanes, testigo de la firma del Tratado de los Pirineos el 7 de noviembre de 1659. Y llegaremos al puente de Behobia.


Ver El camino de la Bahía de Chingoudy en un mapa más grande

Si queréis cotillear un poco el ambiente playero, pinchad aquí.

Y para conocer mejor Hendaye y su entorno visitad su web.

Os dejo escuchando a la coral hendayesa Gaztelu Zahar :

¡Seguid disfrutando del verano!

EL SENDERO DEL LITORAL (Bidart-Hendaye)

Sábado 30 de diciembre de 2006, 9 de la mañana, 0°C. La bruma empieza a levantarse, los pequeños pesqueros salen a faenar y a media mañana algunos surfistas buscan las olas.
El contraste de temperatura con la del mar hace que el agua desprenda vapor, dando la impresión de estar en un lugar mágico. Y casi se puede decir que lo estamos, la costa vasca es muy hermosa, mar azul, prados verdes, montes trazados con innumerables senderos.
Y nosotros en uno de ellos: el Sendero del Litoral.

No, hacer deporte no me apasiona, prefiero caminar, sin prisas, disfrutando del paisaje y del momento, por lo que el senderismo se adecua a mis expectativas, preferentemente recorridos tranquilos y durante un tiempo razonable. Sólo en un par de ocasiones la etapa fue más larga, y el “Sendero de Litoral” fue uno de ellos.

Abierto en junio de 2005 y diseñado por el arquitecto MARC DELANNE y el paisajista JOSEPH ANDUEZA, el Sendero del Litoral se convirtió en camino de senderismo en 2012.
El extremo noreste del sendero se sitúa en Bidart, en la playa de Erretegia. Su extremo sureste está en Hendaye, a orillas del Bidasoa, en la punta de Sokoburu. La distancia entre las dos extremidades es de unos 25 km. y pasa por Bidart, Guéthary, Saint-Jean-de-Luz, Ciboure, Urrugne y Hendaye. La mitad de su trazado transcurre en plena naturaleza y la otra mitad en vía urbana o bordeando la carretera.

El sendero, en su parte natural, tiene una dificultad media. Hay lugares cuyo acceso está facilitado por escalones y pasamanos para favorecer el paso por lugares abruptos o resbaladizos.
Existen siete accesos de entrada, está señalizado por paneles de dirección y seis estaciones de interpretación. Desde 2012 se realizan salidas guiadas (en 2012 y 2013 durante el equinoccio de septiembre, y en junio de 2014).

En su trazado integra un proyecto europeo, la vélodyssée. Es la parte francesa de una vía ciclista, l’Eurovélo 1, que une Sagres (Portugal) a Cap Nord (Noruega) con un total de 8186 km. De pista ciclista (ver www.lavelodyssee.com/ y www.eurovelo.org/ ).

Si visitáis la región no dejéis de recorrer alguna etapa del Sendero, seguro que el paisaje os atrapa.

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Ver Sendero del Litoral en un mapa más grande

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Os dejo la canción popularizada por Luis Mariano “Il est un coin de France”, en la versión de Anne Etxegoyen y el Coro Aizkoa:

Letra en francés y español aquí.

Por cierto, pasado mañana, 13 de agosto, se cumplirán 100 años del nacimiento de Luis Mariano, en Irún. Su tumba se encuentra en el cementerio de Arcangues, a unos 10 km. de Bidart.

Ruibarbo

ruibarbo

¡Crecieron dos ruibarbos en mi jardín!

La noticia no tiene nada de extraordinario, simplemente es curioso porque plantamos las semillas hace un par de años y no salieron … hasta esta primavera, sin acordarnos de ellos.

El ruibarbo es una planta (para unos verdura, para otros fruta) que no es habitual en España. Sí es frecuente encontrarlo como ingrediente de postres británicos, centroeuropeos y estadounidenses.
Originario del norte de Asia y muy conocido en China como planta medicinal, fue introducido en Europa por Marco Polo, no siendo cultivado y consumido como planta hortelana hasta el siglo XVIII.

Sólo es comestible el tallo, parecido al apio, pero de color rojizo, crudo, cocido, en tartas, mermeladas o como verdura (entre otros: en Noruega como sopa, en Polonia con patatas; en Afganistán con espinacas, en Irán en un ragú de cordero…). Las hojas se caracterizan por ser tóxicas, por lo que no son consumibles.
Es rico en vitamina C, potasio y fósforo y en fibras, que le hace tener propiedades laxantes. Su contenido de ácido oxálico perjudica la absorción del calcio, por lo que es prudente moderar su consumo.

Su sabor ácido no es apreciado por todos. Personalmente me gusta ese contraste ácido con el azucarado en las tartas. Mi cercanía a Francia me permite encontrar ocasionalmente ruibarbo en el mercado y elaborar algunos postres.
He aquí un par de recetas:

TATIN DE RUIBARBO

En mi cocina - Tatín de ruibarboIngredientes: 500 gr. de ruibarbo, 2 huevos, 100 gr. de azúcar moreno, 100 gr. de harina, 50 gr. de mantequilla y medio sobre de levadura en polvo.

Elaboración: Untar un molde con un poco de la mantequilla y espolvorear un poco del azúcar. Cortar el ruibarbo en trozos de 2 cm. y colocarlos en el molde. Batir los huevos con el azúcar, añadir la mantequilla derretida, luego la harina y finalmente la levadura. Verter sobre el ruibarbo y hornear durante 45 minutos a 180º en horno precalentado. Cuando se enfríe darle la vuelta.

TARTA DE RUIBARBO Y ALMENDRA

tarta_de_ruibarbo_y_almendraIngredientes: Masa quebrada, 500 gr. de ruibarbo, 2 huevos, 100 gr. de azúcar, 100 gr de almendra molida, 100 ml. de nata para cocinar, un poco de mantequilla

Elaboración:
Limpiar el ruibarbo y cortarlo en dados de unos 2 cm.
Extender la masa quebrada en un molde.
Calentar un poco de mantequilla en una sartén y cocinar ligeramente el ruibarbo (si se deja demasiado se deshace). Colocarlo sobre la masa quebrada.
Batir los huevos y mezclar con el azúcar, la almendra molida y la nata. Verter sobre el ruibarbo.
Hornear durante 40 minutos a 200º en horno precalentado.

Curiosidad lingüística

Existe en francés la expresión « Passez-moi la rhubarbe, je vous passerai le séné » (el séné -senna alexandrina- es una planta con propiedades laxantes similares al ruibarbo), “pásame el ruibarbo, que yo te pasaré el ‘séné’, que vendría a significar “Hoy por mí, y mañana por ti”.

De nuevo os dejo con George  Brassens, esta vez con su canción “Lèche-cocu”, en donde encontramos esta expresión :

Letra en francés y castellano aquí.

Las fuentes Wallace

Fuente Wallace, Pont-Neuf

Fuente Wallace, Pont-Neuf

Hace un año escribí mi primera entrada rememorando una de mis películas preferidas, “Le fabuleux destin d’Amélie Poulain”; hoy la vuelvo a recordar citando a uno de sus personajes, Madeleine Wallace, la portera.

El destino quiso que se llamase así por su triste condición llorona (su marido la había dejado por su secretaria y además había muerto, ella que tanto le había amado):

“Je m’appelle Madeleine Wallace. On dit «pleurer comme une Madeleine», hein, c’est comme ça qu’on dit? Et Wallace, les fontaines Wallace… C’est vous dire si j’étais prédestinée aux larmes!”
(Me llamo Madalena Wallace. Se dice ‘llorar como una Madalena’, ¿se dice así, no? Y Wallace, las fuentes Wallace… Le diré si no estaba predestinada a las lágrimas).

¿Quién, a lo largo de su vida, no ha llorado como una Madalena? Todos conocemos la expresión. Pero ¿conocéis las fuentes Wallace?
Forman parte del mobiliario urbano parisino, convertido en imagen emblemática, entre otros junto a las columnas Morris (destinadas a la publicidad teatral y cinematográfica ) y a las entradas de metro Guimard.

Las fuentes Wallace son fuentes de agua potable públicas, de hierro fundido, que podemos encontrar por todo el mundo, pero fue en Paris donde se implantaron las primeras. Se llaman así en honor a su creador, el filántropo británico Sir Richard Wallace.

Situémonos en 1870, final de la guerra franco-prusiana; para París fue desastroso, sobre todo para el abastecimiento de agua (numerosos acueductos y fuentes fueron destruidos). Sir Richard Wallace, rico heredero inglés, parisino de adopción, decidió ponerse al servicio de sus habitantes financiando estas fuentes.
Su diseño sigue cuatro criterios : un tamaño suficientemente grande para ser visto por todos, pero sin destacar demasiado para no ser el centro del paisaje urbano; una forma que combinara utilidad y estética; un coste moderado que permitiera una difusión general, y un material sólido (hierro fundido) y de fácil mantenimiento.

Existen cuatro modelos, de los que el más conocido es el diseñado con cuatro cariátides, que representan la Bondad, la Caridad, la Sencillez y la Sobriedad y las cuatro estaciones del año; en la base se pueden ver cuatro tritones enroscados en un tridente, que simbolizan el agua.
Hasta 1952 había unos vasitos de hierro atados a una cadena, pero fueron eliminados por razones de higiene.
Si visitáis Paris, seguro que os encontráis con más de una, actualmente hay 120, donde podréis saciar vuestra sed tranquilamente, ya que es agua potable, entre el 15 de marzo al 15 de noviembre.

Encontraréis mucha información en http://www.fontaine-wallace.info/

He aquí los cuatro modelos (imágenes de http://fr.wikipedia.org/wiki/Fontaine_Wallace):
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Os dejo la canción “Le bistrot” de George Brassens, en donde apuesta beberse el agua de todas las fuentes Wallace si… Escuchad…

La letra y la traducción al español aquí.

Landru

Barba AzulComo todos los niños, crecí arropada por los cuentos, dejando vagar la imaginación. ¡Cómo sufríamos por los protagonistas, que lo pasaban tan mal! ¡Pero siempre terminaban felices y los malvados castigados!
A mí no me gustaba nada Barba Azul (de Charles Perrault), que, aunque terminaba bien para la chica, no dejaba de pensar en aquellas desgraciadas mujeres asesinadas que la precedieron.

Tan real como la vida misma. Uno de esos psicópatas “Barba Azul”: HENRI LANDRU (12 de abril de 1869-25 de febrero de 1922).

Niño mimado de una familia modesta (de padre obrero y madre costurera). No terminó sus estudios de arquitectura. Dejó embarazada y se casó con su prima, con quien tuvo cuatro hijos. Estafador, se ausentaba constantemente, con la excusa de un negocio de antigüedades, para llevar a cabo sus delitos. De carácter agresivo al tiempo que encantador, sobre todo con las mujeres, a las que enamoraba fácilmente.

¡Menudo curriculum!

Detenido en siete ocasiones y ante el riesgo de ser enviado encarcelado a Guyana, en lugar de reformarse tomó la decisión de no dejar ningún rastro de sus fechorías. Aprovechó la guerra para atraer a viudas, a las que llevaba a una casa alquilada en las afueras de París, las despojaba, mataba, descuartizaba el cadáver y quemaba en su cocina.

Entretanto, se enamoró y se hizo amante de una cantante, con quien se encontraba en el momento de su arresto.

En su casa, se hallaron 4 kilos de huesos y 47 dientes humanos, pero ningún cuerpo.
A lo largo de su juicio, que se convirtió en un gran espectáculo, hizo reír al público, fascinando a famosos de la época como Mistinguett, Raimu, Berthe Bovy y Colette con su comentarios irónicos.
Finalmente fue condenado a la guillotina tan sólo por once asesinatos probados.

Su vida fue llevada al cine por Claude Chabrol en 1963.

Anteriormente, en 1947, Charles Chaplin también se inspiró en este psicópata, dirigiendo y protagonizando “Monsieur Verdoux”. Aquí tenéis la escena del juicio, en castellano:

Y os dejo el enlace de la película de Chabrol, que la disfrutéis:

Un metro para medir el mundo

París, domingo 31 de agosto de 1997, 00:20, la princesa Diana de Gales y su compañero Dodi Al Fayed, salen del hotel Ritz, sito en la place Vendôme. Minutos después mueren estrellándose en el túnel de l’Alma. Este hecho cambió la vida de uno de mis personajes preferidos, Amélie Poulain.
Pero no voy a hablar ni de una, ni de la otra.

Centrémonos en el hotel Ritz: se encuentra en el nº 15 de la Place Vendôme y es uno de los hoteles más prestigiosos y lujosos del mundo, fundado por el hotelero suizo César Ritz, en colaboración con el chef Auguste Escoffier en 1898.
No, tampoco voy a hablar ni de uno, ni del otro.

Desplacémonos hasta el nº 13, donde está el Ministerio de Justicia … un poquito más allá, justo debajo de la ventana de la izquierda de la puerta … ¡ahí! ahí está uno de los dos metros patrón que quedan en París.

Metro patrón Place VendômeHasta 1791, las unidades de medida hacían referencia a partes del cuerpo humano (pulgada, pie), que, como en todos los cuerpos no es igual, tomaba como referencia al soberano. Con la Revolución Francesa eso también cambió y Jean Baptiste Joseph Delambre (matemático y astrónomo) y Pierre Méchain (astrónomo y geógrafo) fueron los encargados de establecer la medida de un arco de meridiano mediante un sistema de triangulación desde Dunkerque a Barcelona , lo que definiría el metro.
La Academia de las Ciencias de Francia lo define en 1791 como la diezmillonésima parte de la distancia que separa el polo de la línea del ecuador terrestre. En 1795 es aceptado en Francia como medida oficial de longitud y entre 1796 y 1797 se instalan en París 16 metros patrón grabados en mármol, para familiarizar a la población con el nuevo sistema de medida.

Metro patrón Rue de VaugirardDe esos 16 metros patrón quedan actualmente en París dos. El que está situado en la Place Vendôme no está en su sitio original, fue trasladado allí en 1848, junto al edificio que entonces albergaba la Agence des Poids et Mesures (Oficina de Pesos y Medidas).
El que sí está en su emplazamiento original es el de la Rue Vaugirard, a la derecha del nº 36.

Os dejo un extracto del documental “Un mètre pour mesurer le monde” (“Un metro para medir el mundo”) :

¿Arde París?

PARÍS, si alguna vez desaparezco, que me busquen allí.
París enamora antes de conocerla y apasiona después. A mí me apasionó y allí me enamoré.
La Tour Eiffel, l’Arc de Triomphe, Les Invalides, Le Panthéon, Le Louvre, Notre Dame, le Sacré-Cœur … y tantos otros monumentos, ¿qué sería París sin ellos? A punto estuvieron de desaparecer, al menos eso cuenta la Historia.

Agosto de 1944, los ejércitos americano y francés están cerca de París, Hitler ordena al general Von Choltitz que destruya la capital en caso de invasión de los aliados.
La Resistencia se organiza encabezada por Chaban-Delmas. Los americanos, tras largas deliberaciones, deciden enviar al general Leclerc a liberar París. Y el general Von Choltitz duda en ejecutar las órdenes de Hitler, lo que salvará la capital.

Paris brûle-t-il?La historia de la liberación de París entre el 8 y el 25 de agosto de 1944, recogida en la novela “Paris brûle-t-il?” (¿Arde París?) de Dominique Lapierre y Larry Collins, es llevada a la gran pantalla en 1966 por Gore Vidal y Francis Ford Coppola, con la música de Maurice Jarre y un largo reparto de actores muy de actualidad en aquel momento o que lo serían en años posteriores (Jean-Paul Belmondo, Charles Boyer, Leslie Caron, Jean-Pierre Cassel, Claude Dauphin, Alain Delon, Kirk Douglas, Pierre Dux, Glenn Ford, Yves Montand, Anthony Perkins, Michel Piccoli, Claude Rich, Simone Signoret, Jean-Louis Trintignant, Orson Welles…)
La película muestra, como en la novela, escenas, paralelas en el tiempo, sobre acciones simultáneas de diversos personajes para recomponer los hechos históricos, las relaciones entre los diferentes grupos de la Resistencia, la llamada de socorro a los Aliados y la llegada a París del general Leclerc.
Hay escenas sobrecogedoras (el embarque en tren de más de 2000 partisanos, el asesinato de un grupo de estudiantes que caen en una trampa de la Gestapo,…) que contrastan con algún guiño de humor (la boda en el ayuntamiento, el salto de la tapia del cementerio de un prisionero que escapa, la ingenuidad de algunos soldados, …).

Algunas curiosidades:
La película se rodó en 148 lugares diferentes. Se necesitaron unos 20000 figurantes. Las escenas de la calle se rodaron entre las 5 y las 7 de la mañana, para evitar cortar la circulación durante mucho tiempo.
Una incoherencia: Yves Montand, que interpretaba a un “Boina negra” (“Béret noir”) del ejército francés, se negó a llevar la boina porque “no le sentaba bien” y se puso una gorra militar (“calot”), provocando el descontento de los “boinas negras” cuando se estrenó la película.

No os la perdáis, aunque dura casi 3 horas, merece la pena recordar cómo Paris recuperó su libertad.

Os dejo el tráiler de la película:

Escuchad su banda sonora:

[audio:https://dl.dropboxusercontent.com/u/67611330/Audio/Is%20Paris%20Burning%20%20Paris%20brule-t-il%20%EF%BC%881966%EF%BC%89%20-%20Theme.mp3]

Y disfrutad de los últimos días de agosto … y de vuestra libertad.

Sopa de fresas

Las fresas, esa fruta tan sugerente que hace las delicias de nuestro paladar en primavera y parte del verano.
¿Y si las acompañamos de un vino fresquito … digamos un clarete?

Clairet de Quinsac¿Clarete o rosado? Parecen lo mismo, pero no. Algo tienen en común, ambos han estado relegados a segunda categoría frente a los tintos o los blancos y ambos se pueden obtener tanto de uvas negras como de la mezcla de uvas blancas y negras.
¿Y en qué se diferencian, pues?
Para un vino rosado el mosto se somete a una corta maceración en frío (para que no llegue a fermentar) junto a los hollejos, de donde extraerá el color. Luego se separan las materias sólidas del mosto, para efectuar la fermentación en virgen.
Para el clarete la toma de color se realiza por la fermentación de los hollejos junto con el mosto.
(Más información en http://www.infoagro.com/viticultura/vino.htm)

En Burdeos encontramos la denominación bordeaux-clairet, siendo Quinsac la capital del «Clairet».

¿Y si unimos las fresas y el clarete? Et voilà:

En mi cocina : Soupe aux fraisesIngredientes : 500 gr. de fresas, 200 gr. de azúcar, ½ l. de vino rosado o clarete, la piel de una naranja y una vaina de vainilla.
Elaboración : Mezclar el azúcar con el vino. Cortar la piel de la naranja (evitando la parte blanca) en trocitos muy pequeños y mezclar con el vino. Abrir la vaina de vainilla, sacar los granos del interior y mezclarlos con el vino. Dejar macerar 24 horas a temperatura ambiente.
Dos a tres horas antes de servir, colar la salsa para eliminar la piel de naranja y añadir las fresas cortadas en dos o cuatro trozos, según su tamaño. Meter en la nevera. Servir fresco.

Y como comer, beber, cantar y bailar todo va en uno, os dejo este tourdion del siglo XVI, popularizado por Pierre Attaingnant en 1530 y que Thoinot Arbeau describe en su Orchésographie publicada en 1589, “Quand je bois du vin clairet”:

Écoparc d’Urrugne

Situado entre Hendaye y Urrugne, este parque paisajístico, de 8 hectáreas, nos ofrece la posibilidad de pasear durante un par de horas a lo largo de sus 3 kilómetros de caminos, disfrutando de la belleza de su vegetación y de la tranquilidad de su ambiente.
Es durante el mes de junio cuando la naturaleza muestra su apogeo y el parque está en su esplendor.

¡Un regalo para la vista y el bienestar!

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