Pour des prunes

Dulces, jugosas, son mis ciruelas preferidas. Son las ciruelas Claudias.

Ciruelas Claudias

Se conocen como Reina Claudia en honor a la esposa de Francisco I, la Reina Claudia de Francia (1499-1524), llamada « la buena reina ».
Hija de Luis XII y Ana de Bretaña, era una joven culta, amable y devota, aunque al parecer sufrió de escoliosis, cojera y estrabismo, además de carecer de atractivo. De salud muy delicada, dio a luz a siete hijos desde los 15 años, lo que le hizo adquirir cierta obesidad. Supuestamente contrajo sífilis a causa de su marido y murió por agotamiento.

Nos queda como recuerdo de ella esta deliciosa ciruela que trajo el naturalista Pierre Belon (1517-1564) de Asia y cuyo descubrimiento le dedicó.

Tienen la pulpa que varía del dorado al verde, según las variedades. Maduran entre julio y agosto. Ocupan un lugar muy « real » en la cocina francesa, consumida natural, en tarta, bizcocho, licor o confitura y reconocidas por sus virtudes medicinales (diuréticas, laxantes, antioxidantes,…).

Quetsches

Otra variedad de ciruelas que también me gustan mucho son las ciruelas de Damasco, o quetsches.

Cuenta la leyenda que hacia 1150 los Cruzados regresaban derrotados de Damasco, trayendo consigo los ciruelos en cuestión. Se burlaron de ellos diciendo que fueron a las Cruzadas sólo “pour des prunes”, o sea “para nada”, “en balde”.

Os dejo una receta muy sencilla de TARTA DE CIRUELAS:

En mi cocina : Tarta de ciruelas

Ingredientes: masa quebrada, ciruelas y azúcar.
Extender la masa sobre el molde y pincharla toda con un tenedor.
Cortar en dos mitades las ciruelas , deshuesarlas y distribuirlas sobre la masa quebrada. Espolvorear de azúcar.
Hornear a 180º durante 45 minutos.

Truco: quedará más jugosa si ponemos una capa de sémola y un huevo batido sobre la base antes de poner las ciruelas, que absorberá el jugo  y evitará que se reblandezca la masa.

La Dame de Brassempouy

Quien no haya visitado un museo arqueológico que levante el brazo.
En todas las grandes ciudades hay uno, todos se parecen, pero seguro que de todos salimos con el recuerdo de algo especial.

la Dama de BrassempouyYo me enamoré de la Dama de Brassempouy, por su finura y belleza.
Llamada también la Venus de Brassempouy o la Dama de la Capucha, es un fragmento de estatuilla femenina de marfil de mamut, datada en el Paleolítico Superior (entre 29.000 u 22.000 años a J.C.) y una de las más antiguas representaciones detalladas del rostro humano. De 3,65 cm. de alto, 2,2 cm. de largo y 1,9 cm. de ancho, el rostro es triangular y equilibrado. Llaman la atención la ausencia de boca y una fisura vertical en el lado derecho. Su cabeza está surcada por una serie de incisiones perpendiculares, que han sido interpretadas como una peluca, una capucha o simplemente el pelo trenzado.
Su nombre procede del pueblo de Brassempouy (situado al suroeste de Francia, en el departamento de las Landas, en la región de Aquitania), donde fue encontrada en un yacimiento arqueológico en 1890.

Actualmente se encuentra en el Museo de Arqueología Nacional, en el castillo de Saint-Germain-en-Laye.
Castillo de Saint-Germain-en-LayeAntigua residencia de los reyes de Francia, el castillo fue lugar de firma de numerosos tratados de paz y edictos reales. Situado en el centro de Saint-Germain-en-Laye, alberga actualmente el Museo de Arqueología Nacional. Presenta cerca de 30.000 objetos arqueológicos, repartidos en siete colecciones que siguen un orden cronológico: el Paleolítico, el Neolítico, la Edad de bronce, la Edad de hierro, la Galia romana y la Galia merovingia (siglo VIII), completados por una sala de arqueología comparada.

Cuando viajéis a París, daros un tiempo para visitarlo. En el exterior podréis disfrutar de una gran terraza de 2 km. con una vista panorámica sobre todo el valle del Sena y París.

Vista panorámica sobre París

Suite française

Me la aconsejó y prestó una compañera a finales de curso, quizás por aquello de “francesa” o simplemente porque le gustó mucho y quería compartirla conmigo. Se lo agradezco, acertó: de fácil lectura, ágil, con diferentes historias y personajes enredados en una misma telaraña de la que intentan salir (mejor dicho, sobrevivir).

Irène Nemiróvsky Ya sólo el prólogo activa el interés ante una biografía de la autora tan solitaria y falta de cariño (su madre nunca mostró mucho interés por ella).
Irène Nemiróvsky (Kiev, 1903 – Auschwitz, 1942), hija única de un matrimonio acomodado judío ucraniano (su padre era un rico banquero), tuvo una educación exquisita, con una institutriz francesa, de modo que el francés fue su segunda lengua materna, y otra inglesa; también hablaba ruso, polaco, vasco, finés y yiddish. Tuvo que huir con su familia a Rusia a causa de la Revolución de 1917 y en 1919 se estableció en París, donde obtuvo la licenciatura de Letras en la Sorbona.
En 1929 envió su primera novela, David Golder, a la editorial Grasset. Temiendo el rechazo, no incluyó en el sobre ni su nombre ni su dirección; el editor tuvo que publicar un anuncio en la prensa para poder conocer al autor de aquella obra audaz, cruel y brillante, y así comenzó una carrera literaria que la consagraría como una de las escritoras de mayor prestigio de Francia.

Se casó con Michel Epstein en 1926 y tuvieron dos hijas: Denise y Elisabeth.
Pero la Segunda Guerra Mundial marcaría trágicamente su destino. Detenida por los gendarmes el 13 de julio de 1942 y deportada a Auschwitz, sería asesinada el 17 de agosto, al igual que su marido tres meses más tarde. Sus dos hijas sobrevivieron gracias a su tutora, llevando con ellas siempre una maleta que conservaron durante decenios. En ella se encontraba el manuscrito de Suite francesa.

manuscrito de Suite francesaSuite francesa fue escrita en una letra minúscula en un único cuaderno, ocupaba unas 140 hojas, que corresponden a las 516 páginas de la edición moderna. Es probablemente una de las obras literarias más tempranas en retratar la Segunda Guerra Mundial, ya que prácticamente fue redactada durante el mismo periodo que retrata. Su cuaderno con las anotaciones fue conservado por su hija mayor, quien no lo leyó durante casi cincuenta años, pensando que se trataría de un diario demasiado duro o doloroso. Sin embargo, en los años 1990, antes de donar las posesiones de su madre a un archivo, se decidió a examinar el cuaderno, y descubrió que contenía una novela.

La primera edición francesa de la obra se publicó en 2004. Ganó el Premio Renaudot de 2004, convirtiéndose así en la primera obra póstuma en ganarlo.
En un principio la novela debía componerse de cinco partes unidas por un mismo hilo, como una sinfonía, de ahí su nombre Suite francesa (una ‘Suite’ es una composición instrumental integrada por movimientos muy variados basados en una misma tonalidad), pero sólo escribió dos (Tempestad en junio y Dolce).

En Tempestad en junio narra la huída de París de la gente ante la llegada de los alemanes a finales de la primavera de 1940: el miedo, la marcha desesperada en coche, en bicicleta, a pie; situaciones conmovedoras o absurdas; ricos burgueses angustiados e hipócritas, amantes abandonadas, ancianos olvidados en el viaje, robos, muertes, los bombardeos sobre la población indefensa, las artimañas para conseguir agua, comida y gasolina, y por otro lado la solidaridad de algunos personajes y el amor.

En Dolce narra la vida en el pequeño pueblo de Bussy, ocupada por los soldados alemanes y su relación, impuesta, con los habitantes, respetable y alerta al mismo tiempo, y deja entrever una crítica hacia los burgueses, hipócritas y preocupados por no perder su estatus.

La autora dejó anotaciones sobre la continuación del relato, pero no llegó a escribirlo.

La novela ha sido adaptada al cine por Saul Dibb y acaba de comenzar a rodarse, previendo su salida para 2014, con los actores Michelle Williams, Matthias Schoenaerts, Kristin Scott Thomas, Sam Riley, Ruth Wilson, Margot Robbie, Alexandra Maria Lara, Tom Schilling y Lambert Wilson, y Alexandre Desplat a cargo de la banda sonora.

Avoir le melon

Es época de melones. Dulces, jugosos, frescos. De postre o como entrante.

Melón Charentais

Un clásico francés: el melón Charentais. Variedad del melón Cantaloup, también llamado Cavaillon, tiene la pulpa de color naranja y un aroma dulce y fuerte cuando está maduro.
Originario de la India, llegó a Italia, a través de África. Se cultivaba en los jardines de una propiedad papal en el pueblo de Cantalupo cerca de Roma. Las semillas llegaron a Francia a través de los papas de Aviñón en la segunda mitad del siglo XIV. Catalogado como una fruta rara y por consiguiente poco popular, quedó confinado como “joya vegetal” y prácticamente desconocido para el pueblo.

La celebridad del melón de Cavaillon data del siglo XIX. A Alejandro Dumas le encantaba, hasta el punto de que en 1864 donó a la biblioteca de la ciudad de Cavaillon toda su obra publicada, a cambio de una renta vitalicia de doce melones al año; el Ayuntamiento emitió una orden a tal efecto y la renta le fue servida al novelista hasta su muerte en 1870.
La Hermandad de los Caballeros de la Orden del melón de Cavaillon promueve desde 1988 este melón en Francia y en el extranjero. Cada año, a principios de julio tiene lugar el Festival de Melón en Cavaillon.

Los franceses lo toman principalmente como entrante. Es típico, una vez retiradas las pepitas del centro, poner un poco de vino de Oporto en el hueco y comerlo a cucharaditas.

En mi cocina: Gazpacho de melón Charentais

Os dejo una receta para los días calurosos del verano:

GAZPACHO DE MELÓN CHARENTAIS

Ingredientes: Melón, cebolla, hojas de menta, un chorrito de aceite de oliva y otro de vino dulce (oporto o moscatel).

Batir los ingredientes. Disponer jamón cortadito sobre el gazpacho.

¡BUEN PROVECHO!

Y evitad tener “cabeza de melón”.
No significa “ser ignorante”; en francés significa “avoir la grosse tête”, “être prétentieux”, o sea “ser orgulloso, presuntuoso”. Donde esté la modestia …

Avoir le melon

(imagen tomada de http://www.tv5.org/TV5Site/publication/galerie-327-15-Avoir_le_melon_etre_gonfle_d_orgueil_de_pretention_avoir_la_grosse_tete.htm)

Me gusta / No me gusta

No, no, no os voy a hacer un listado de mis pequeños placeres, igual resulta largo o demasiado personal. Bueno, quizás al final os cuente uno. Sólo os quiero mostrar un par de extractos de una de mis películas favoritas: “Le fabuleux destin d’Amélie Poulain” (2001).

Le fabuleux destin d'Amélie PoulainEs una de esas películas que te atrapan, por su ingenuidad y frescura.La vi por primera vez en enero de 2002, acompañando a mi alumnado de intercambio; sinceramente, no me enteré de nada hasta el final, aunque mi colega francesa, que la veía por segunda vez, se partía de risa. Desde prácticamente entonces la veo al menos una vez al año con mi alumnado de 4º E.S.O., es muy apropiada cuando estudiamos la descripción de personajes, cualidades y defectos, y la veo siempre como si fuese la segunda vez, me sigue atrapando.

Veamos, pues, esos extractos que nos cuentan los gustos de Amélie y demás personajes. Son los primeros minutos de la película que seguro nos recuerdan todas esas pequeñas sensaciones que nos encantaban de pequeños (y de mayores) y que nos hacen pensar que la vida está llena de pequeñas tonterías que la hacen más agradable.

Pequeños placeres de Amélie niña y sus padres :

Pequeños placeres de Amélie adulta y otros personajes de la película :

Y ahora « Foutaises, catalogue nostalgique des plaisirs de la vie » (1989), corto también de Jean-Pierre Jeunet, con la actuación de Dominique Pinon y colaboración de Marc Caro:

Ah, sí, ese pequeño placer que os iba a dejar: Disfruto pisando las hojas secas en otoño, bien crujientes. Recuerdo que cuando mis hijos eran pequeños, para hacerme rabiar las pisoteaban antes de que lo hiciera yo y, sin saberlo, entraban en mi juego, o quizás sí lo sabían.
[audio:https://dl.dropboxusercontent.com/u/67611330/Audio/hojas_secas.mp3]
Pero aún queda tiempo para que llegue el otoño. ¡A seguir gozando de los placeres del verano!

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