Este es el título de vídeo, obviamente un corto, que me ha llegado. Sinceramente creo que merece la pena dedicar los diecinueve minutos que dura a verlo con atención. No me siento capaz de valorarlo, ya que cuando lo he estado visionando sensaciones bien distintas han acudido a mí. Pero la principal ha sido la de reafirmar mi fe en dos cosas: la primera en la educación pública, en su más amplio sentido; la segunda ha sido la de tener claro que la reivindicación es un valor que debe aprenderse (y, por supuesto, enseñarse) desde bien pequeño, para intentar no ser pisoteado o ninguneado en esta vida.
Dejo aquí el vídeo para que cada uno saque sus conclusiones. Por cierto, personalmente me ha encantado la retranca, la sorna, -aragonesa- que todo el corto tiene de principio a fin. Muy digno de alabar también es el hecho de haber unido a una comunidad educativa con un único fin: defender la educación pública, que no es poco.