Incluiré en esta página algunas de las obras literarias que he leído y que han supuesto algo para mí. Todas me han aportado algo. La selección, pues, es personal y no sigue ningún criterio de ordenación, tan sólo el del momento en el que las incluyo aquí. Todas las obras mencionadas, directa o indirectamente han sido leídas por mí. Sí.
Tal vez la mejor obra escrita en castellano de todos los tiempos. Gabriel García Márquez es, desde mi punto de vista, el mejor narrador en lengua española que ha habido. Da exactamente igual lo que escriba, es cómo lo escribe. Quien no haya leído esta obra debería ponerse a ello ahora mismo.
El hablador es una de las novelas de Vargas Llosa menos mencionadas cuando se menta a este autor, pero no por ello es una obra menor del hispano-peruano. Cuenta la entrañable historia de un hombre que lo deja todo por vivir como realmente desea. Está maravillosamente ambientada en la Amazonia peruana y se ve en sus páginas un exhaustivo trabajo de investigación. Vargas Llosa nos lleva dulcemente por la historia a través de un uso del lenguaje muy personal, lleno de americanismos, que le dan un valor añadido. Por tener, tiene hasta final de esos que provocan ganas de leer más obras del autor.
Creo que nadie como este poeta ha escrito mejor al amor. Desde la inteligencia y el buen hacer, como tiene que ser. Toda su poesía es absolutamente recomendable, sin excepciones; con todo, me quedo con La voz a ti debida. Tampoco habría que desdeñar su labor como ensayista y como dramaturgo. Recomiendo sobremanera la edición de Visor de Antología personal en la que podemos escuchar al propio Salinas recitar una selección de sus poemas.
Gloria Fuertes es ya parte de la historia de la literatura española. Y lo es, al menos para mucha gente, por su dedicación a la poesía infantil. Pero la mayor, y mejor -así lo creo yo- producción de sus poemas estaba destinada a lectores adultos. Reúne en sus obras honda ironía, un delicado gusto por la simplicidad y profundidad en el reflejo de los sentimientos como pocos poetas. Obras incompletas es una recopilación hecha por la propia autora de varios de los poemas de sus libros anteriores. La contribución de Gloria Fuertes a la poesía es sencillamente incomensurable: la popularizó desde un sincero gusto por ella, la acercó a niños y a adultos y dejó algunos de los versos más hermosos que se han escrito en castellano.
Nada nuevo podría yo aportar sobre este autor y sobre esta obra. Lo único que puedo escribir aquí es que la primera lectura de Platero y yo me resultó, en su momento, un poco complicada (andaba yo por mi infancia…) pero ya placentera. Más adelante, las relecturas de Juan Ramón, no sólo de esta obra sino de su poesía me han proporcionado placer literario por doquier.
Luis García Montero es uno de los poetas españoles vivos más interesantes. He aquí una de sus obras representativas (de 1994), que muestra fielmente el buen hacer de este autor granadino al que se ha asociado a varios grupos literarios: “La otra sentimentalidad” o “Poesía de la experiencia”. La poesía de García Montero parte de la cotidiano y hace trasladarse al lector a lo trascendental, ahí es donde reside, para mí, su principal valor. Otras obras de imprescindible lectura de este autor podrían ser El jardín extranjero, Rimado de ciudad, Completamente viernes, Poesía urbana (antología) o Vista cansada -de 2008.
Se trata de un libro sobrecogedor, escrito por un autor, José Saramago, con un estilo literario personal, algo que no es fácil de encontrar en los últimos tiempos. Saramago parte de una ficción poco probable, pero factible, para crear una historia que lleva al lector a una profunda reflexión sobre la condición humana y sus comportamientos. Ensayo sobre la ceguera es una novela que reconcilia con la literatura: el lector experimenta una gran atracción por los sucesos y no puede parar de leer hasta saber cómo va a terminar. La obra tiene una “réplica” en otra del propio José Saramago, Ensayo sobre la lucidez. La historia de ésta es bien distinta, pero el planteamiento de fondo es el mismo. Además, Ensayo sobre la ceguera tiene su versión cinematográfica titulada A ciegas (estrenada en España el 13 de marzo de 2009), revisada y recomendada por el propio premio Nobel, Saramago.
Eduardo Mendoza es autor de algunas de las novelas más entretenidas de los últimos años. Para mí, el principal valor de este autor catalán es su inteligencia. Inteligencia arquitectónica, diría yo, porque la demuestra sobre todo a la hora de construir historias de una manera “cervantina” (así lo han afirmado algunos críticos). Mendoza pasará a los manuales de literatura por esta cuestión, pero sobre todo por la creación de un personaje que podría considerarse el pícaro del siglo XX -y del XXI-. Este personaje sin nombre protagoniza El misterio de la cripta embrujada y El laberinto de las aceitunas, de 1978 y 1982, respectivamente, y vuelve a hacerlo en 2001 con La aventura del tocador de señoras.
Literatura de entretenimiento, sí, pero buena literatura.
Fenómeno literario de masas en 2008 . Este libro es la primera parte de la trilogía Millennium.
Una de las primeras cuestiones que llama la atención de esta trilogía es el título de las obras que lo componen: Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire; sin duda, buscan atraer la atención del lector, con éxito diría yo.. El 29 de mayo de 2009 se estrenó en España la película basada en la primera parte de la trilogía, con el mismo título que la novela. En octubre de este mismo año ha visto la luz el film basado en la segunda parte. La película basada en la tercera parte también ha visto ya la luz, ha sido estrenada en marzo de dos mil diez.
Literariamente el libro tiene un valor relativo. Es cierto que su lectura “engancha” y que tiene todos los alicientes del género de la novela negra, pero el resultado podría ser discutido por la crítica académica. Lo cierto es que ese toque de bestseller, con promoción mediática a bombo y platillo, no le favorece nada.
Su lectura es muy fluida y agradable. Y muy recomendable, añado.
Con esta obra Antonio Muñoz Molina ganó dos premios: el Planeta en 1991 y el Nacional de Literatura en 1992. Considero que supone el punto de inflexión en la madurez literaria de este autor. Se trata de una sesuda obra, muy laboriosa, y exigente para el lector. Con ella se disfruta de un Muñoz Molina pletórico en su creación. Recomiendo, además, haber leído antes otras obras de este académico de la lengua; tales, El invierno en Lisboa, Plenilunio, Beltenebros o Ventanas de Manhattan, entre otras.
Orwell escribió esta novela entre 1947 y 1948 y pretendía ser una visión de un hipotético futuro desde el punto de vista sociológico y político muy interesante. Su lectura es por momentos inquietante y siempre interesante. Recomiendo leerla, como toda obra literaria, en su lengua original, si es posible, claro.
El título de esta novela está compuesto por unas siglas que responden a Ad maiorem Dei Gloriam, lema de la Compañía de Jesús. En esta obra de 1926, Ramón Pérez de Ayala narra de manera autobiográfica una parte de su infancia en un colegio jesuita, desde una visión claramente anticlerical. La lectura de esta obra me parece interesante no sólo para disfrutar de la prosa de este autor, sino también porque el tema tratado y la visión ofrecida puede resultar del todo esclarecedores para formarse una opinión completa al respecto. Muy recomendable también, entre otras, Troteras y danzaderas, de 1913.
El mejor de los mundos está formada por un pequeña compilación de cuentos. En ella el autor catalán deja bien a las claras un estilo muy personal y novedoso. Personalmente, creo que los cuentos están un poco descompensados: algunos son sencillamente geniales y otros no tanto. Considero a Monzó un autor totalmente recomendable e imprescindible en cualquier biblioteca que se precie. Como en otras ocasiones, quien pueda o se atreva con el catalán haría muy bien en leerlo en su lengua original.
Me parece Luis Landero un autor muy interesante. Su prosa es pausada, reflexiva, sin estridencias. Considero que sus obras son un tanto desiguales; Juegos de la edad tardía, para mí, supone el punto álgido de su creación (tal vez junto con El guitarrista), ya que, para mí, otras obras como El mágico aprendiz o Caballeros de fortuna, no dan tanto la talla. Otra obra que me resultó muy interesante fue Entre líneas: el cuento o la vida. Ésta tiene un marcado autobiografismo: se nos cuenta un momento vital de un escritor y profesor de literatura. Su lectura es fluida y sencilla. Muy recomendable para cualquier lector, pero sobre todo para los que se dedican a la docencia.
José Agustín Goytisolo me parece un autor fundamental dentro del panorama poético de los últimos años en España. Varias de sus obras y de sus poemas han sido todo un símbolo y quedarán para siempre: “Palabras para Julia”, “El oficio de poeta”, “Llora conmigo hermano”, “Palabras nunca dichas”, entre otros. Paco Ibáñez, de manera magistral, puso música a alguno de los poemas de Goytisolo.
De Leopoldo Mª Panero se ha dicho de todo. Y casi nada bueno. Yo tuve la suerte de escucharle en vivo en la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza y confirmar por qué me gusta su poesía. Sus poemas reflejan una personalidad muy compleja, que roza incluso la cordura. Leerlos exige un esfuerzo que siempre recompensa.
Alberti, uno de los poetas más grandes que han dado las letras hispanas. Su biografía es un homenaje vital a la libertad y a la creación artística. Deberían aparecer aquí todas sus obras, pero como muestra un botón. Leer a Alberti es como sentir sus latidos: un placer que da sentido a muchas cosas.
En esta edición de Cátedra aparecen dos largos poemas del chileno Huidobro, Altazor y Temblor de cielo. Ambos constituyen casi un punto de inflexión en la historia de la poesía en castellano. Altazor (publicado en 1931 y subtitulado O el viaje en paracaídas) es la máxima expresión del Creacionismo, una corriente vanguardista fundada, entre otros, por el propio poeta, que podría resumirse en una de sus célebres citas “hacer un poema como la naturaleza hace un árbol”. Otras obras de Huidobro de diferentes etapas poéticas suyas son: Horizon carré, El ciudadano del olvido, Ver y palpar o Últimos poemas, entre otras muchas.
En esta obra, como reza su subtítulo, Lorenzo Silva narra su viaje personal a Marruecos. Entrelaza, a lo largo de la obra, sus vivencias personales de un viaje real con el recuerdo de la Guerra de África, en la que había participado su abuelo. Silva narra a las mil maravillas y la lectura resulta placentera e interesante. Otras obras suyas, todas ellas -desde mi punto de vista- de baja intensidad literaria pero bien entretenidas son La flaqueza del bolchevique, La niebla y la doncella, En tierra extraña, en tierra propia, etc. Tiene el mérito de haber creado el personaje Bevilacqua, que recuerda -aunque a mucha, mucha, distancia al Carvalho de Vázquez Montalbán.
No voy a descubrir nada nuevo de Galdós. Su obra completa casi debería aparecer aquí. Leer a este autor fue durante un tiempo para mí un absoluto placer, una grata dedicación. Fortunata y Jacinta me parece el prototipo de novela bien construida. Imposible leerla sin implicarse con sus personajes, imposible leerla y quedarse como si nada.
Y ya puestos a poner clásicos de obligada lectura, aquí va otro. Esta obra tiene merecida fama. Es un objeto precioso de la literatura española. Su prosa es magnífica, y la historia narrada aún más. Refleja a la perfección la España decimonónica y tiene pasajes irrepetibles. Cualquier persona que quiera ser más persona debería leerla. Al menos, eso creo yo.
Me dejé llevar por todo lo que supone todo un Premio Planeta y leí este libro de Millás. Mi decepción fue grande: no podía entender qué tiene la obra para conseguir este galardón. A día de hoy no he podido responder esta pregunta, lo único que se me ocurre es que el nivel de ese año fuera bajísimo. La obra en sí no está mal de todo; está en clave autobiográfica y relata extensamente la infancia del autor. Pero esta narración está deslabazada, es pobre y carece de profundidad literaria. Con todo, otras de Juan José Millás bien merecen ser leídas, tales Laura y Julio, La soledad era esto o El orden alfabético.
Este libro me lo recomendó Pepe -hace un par de años- y le estaré siempre agradecido por su buen gusto en cuestiones literarias. Los girasoles ciegos está compuesto por cuatro relatos estremecedores sobre perdedores de la Guerra Civil Española (“Si el corazón pensara dejaría de latir”, “Manuscrito encontrado en el olvido”, “El idioma de los muertos”, y el que da título al libro, “Los girasoles ciegos”). Este es el punto en común de las cuatro historias y también la emoción que producen en el lector. Aunque el tema, actualmente, está un tanto manido este libro suma y reconforta con la literatura. Excelente.
Una de las mejores obras Marsé, desde mi punto de vista. Su lectura supuso para mí una pequeña catarsis: la historia me cautivó desde el principio. Algunas de sus páginas me parecen sublimes. No descarto que me dejara influir por alguna de mis circunstancias vitales para llegar a esta conclusión. Otras obras de este autor merecen igualmente ser leídas: El embrujo de Shangai, Últimas tardes con Teresa o, entre otras, Encerrados con un solo juguete.
Excelente obra para conocer mejor el siglo XVIII francés, la Ilustración. Diderot, autor -entre muchas otras obras- de L’Encyclopédie, obra de absoluta referencia ilustrada, se nos presenta como una mezcla entre filósofo y literato y plasma un diálogo entre él mismo y su sobrino. De nuevo recomiendo, si es posible, leerla en francés (Le neveu de Rameau).
Esta es la portada de la primera edición de The lost world (El mundo perdido). A este libro le debo mucho: fue el primero de una larga serie de lecturas de Conan Doyle que me llevaron a amar la literatura ya desde muy joven. Aquí el profesor Challenger es el protagonista de una aventura por Sudámerica explorando tierras desconocidas. El otro gran personaje de Doyle es Sherlock Holmes, maravillosa aportación a la imaginería literaria del mundo.
Fantástica obra para la iniciación literaria. Las aventuras narradas trasladan al lector a lugares lejanos, historias fabulosas, leyendas exóticas. Fue, también, una de mis primeras lecturas de niño, junto a Conan Doyle y ahora entiendo por qué empezó a gustarme leer tan pronto y con tanta fruición.
No podía faltar Emilio Salgari en este pequeño repaso de lectura de infancia. Maravillosas obras las del italiano, que han hecho desarrollar la imaginación de tantos y tantos niños y más de un adulto. Mi recuerdo de estas lecturas es sencillamente entrañable: horas y horas devorando páginas y páginas y corriendo a contarle a mis cercanos las emocionantes aventuras que acababa de vivir. Imposible, tampoco, borrar del recuerdo la adaptación de las novelas de Salgari a televisión: una serie de doce capítulos protagonizada por Kabir Bedi y que truinfó en los años 70.
Otro autor de culto para mí es Julio Verne. No puedo entender mi infancia -y juventud- sin la lectura de este grandísimo autor. Sus obras no son exclusivamente infantiles, ni mucho menos, ya que llevan al lector a una reflexión nada desdeñable. Fue, sin duda, el inmenso pionero del género de ciencia-ficción, pues sus conocimientos sobre la ciencia en general fueron muy amplios. Destacar alguna de sus obras entre las demás es tarea harto complicada, pero sí señalaré aquí las que más me impactaron a mí: Los hijos del capitán Grant, Cinco semanas en globo, Viaje al centro de la Tierra, Miguel Strogoff, La vuelta al mundo en 80 días, Un capitán de quince años.
Esta serie de libros abarca 43 novelas y marcó también las lecturas juveniles de mucha gente de mi generación. He colocado aquí este título por mostrar uno de ellos; en realidad, no recuerdo con exactitud cuáles leí y cuáles no, sé que muchos. La serie la editó en España la editorial Molino y se presentaba como Alfred Hitchcook y los tres investigadores. Fueron varios los autores que narraron las aventuras de Jupiter Jones, Pete Crenshaw y Bob Andrews, aunque su creador fue Robert Arthur.
No podía faltar en estos recuerdos de infancia o juventud Jordi Sierra i Fabra. Este señor es historia viva de la literatura española: tiene en torno a cien títulos publicados de literatura juvenil, algo así como cuarenta obras “para adultos” (en catalán y en castellano), acumula premios literarios desde 1975 (una treintena, más o menos). Sus cifras son abrumadoras y sus letras han aportado placer a miles y miles de lectores, entre los que me encuentro. Varias han sido las generaciones que han crecido con sus libros.
Se puede tomar como un manual del buen uso del castellano. Muy interesante como libro de consulta. Es una recopilación de artículos publicados por el académico Fernando Lázaro Carreter a lo largo de muchos años. Existe una segunda parte con más artículos, El nuevo dardo en la palabra.
El título ya es suficientemente esclarecedor. Se trata de una selección personal de los autores, Peter Boxall y José-Carlos Mainer Baqué. No entraré en la cuestión de si esta lista que ofrecen es buena, mala, suficiente o qué. Me gustaría destacar la cuidadísima edición de Grijalbo y también las muy oportunas recensiones que se ofrecen de las obras elegidas.
El personaje, personalmente, me apasiona. Me parece un director genial y una no menos genial persona. Esta autobiografía de Buñuel no deja indiferente, pues cuenta de su puño y letra algunos de los pasajes más interesantes de su vida. Está narrada desde la vejez, como apunta el título, y ofrece algunos datos que para mí eran desconocidos. Además, deja algunas reflexiones de mucho calado.
Ramón J. Sender es un autor imprescindible en toda biblioteca que se precie. El propio autor define muy bien su obra con estas palabras: “es simplemente el esquema de toda la guerra civil nuestra, donde unas gentes que se consideraban revolucionarias lo único que hicieron fue defender los derechos feudales de una tradición ya periclitada en el resto del mundo.” No olvidemos que Sender sufrió en sus propias carnes la Guerra Civil Española, con un duro exilio incluido.
Don Miguel de Unamuno. Gran pensador y gran autor español de los últimos tiempos. San Manuel es una obra que muestra perfectamente las miserias de una Iglesia católica contradictoria. Los problemas de fe del protagonista son universales y las reflexiones vertidas en la obra y las que provoca alcanzan una profundidad extraordinaria. Otras obras de Unamuno que me han marcado de verdad han sido: Amor y pedagogía, La tía Tula, Cómo se hace una novela, Niebla o Andanzas y visiones españolas, esta última en poesía.
Gracias a esta obra me adentré en Azorín. Gran descubrimiento, que hasta entonces sólo había sido objeto de estudio para mí, no de lectura. Esta es la última obra que el autor firma con el nombre de José Martínez Ruiz, las siguientes aparecerían bajo el nombre que luego le ha dado merecido reconocimiento. La novela, de marcado tono psicológico describe la batalla interior de su protagonista entre la huida y el acercamiento a la realidad. No se trata de una obra maestra, pero sí tiene la importancia de abrir una vía escapista y de honda reflexión que siguieron todos los escritores de la llamada Generación del 98.
La guerra carlista es una trilogía escrita por Valle-Inclán. El primer libro es el que he incluido aquí, Los cruzados de la causa, aunque mi comentario va para las tres obras, para la trilogía. Los otros dos títulos son: El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño. Muchas otras obras de Valle, que al final mentaré, me han aportado mucho tras su lectura, pero ésta en concreto me ha dado, por motivos académicos y personales, alguna de las páginas más hermosas literariamente que he leído. Aquí cito las otras obras de Valle-Inclán que decía: Luces de bohemia, por supuesto, las Sonatas, Martes de Carnaval, La pipa de kif, La medianoche. Visión estelar de un momento de guerra, El trueno dorado, y otras…
Debo confesar que Cela nunca fue santo de mi devoción. Con todo, me propuse, tiempo ha, leer con interés varias obras del gallego. Me sorpredí a mí mismo y La familia de Pascual Duarte, Mrs Caldwell habla con su hijo, Mazurca para dos muertos o Madera de boj me gustaron y no poco. ¡Bien!
Mención aparte merece La colmena que, como a tantos, me obligaron a leer en el bachillerato y ya en su momento me impactó mucho: su relectura todavía más.
Esta obra dejó en mí una honda impresión. Tal así, que durante una buena temporada regalé a mis cercanos el libro. Es un excelente compendio de enfermedades mentales para no iniciados y la trama narrada es sencillamente genial. Torcuato Luca de Tena se apareció ante mí como un interesante autor al que leer, tras Los renglones leí La edad prohibida y ¡Mercedes, Mercedes!; comprendí que la primera obra tal vez fuera irrepetible en calidad y seguí leyendo a otros autores.
Ramón, así lo citaba por ejemplo José-Carlos Mainer -profesor mío-, es uno de los mayores genios de la intelectualidad española. La literatura fue una más de sus muchas actividades, aunque tal vez la más importante. Recomiendo desde aquí unas imágenes suyas en los albores del cine, en los primeros años del siglo XX. Sus greguerías son por todos conocidas y merecen una lectura pausada y reflexiva. Otras obras suyas no han llegado a impactarme de igual manera, aunque también fueron leídas por mí: El Rastro, Morbideces, Senos, El Circo, Pombo y otras.
Interesante este poeta zaragozano, interesante y original. Guinda presenta una amplísima actividad literaria y poética e incluso musical: ha hecho letras cantadas por Rosa León, José Antonio Labordeta o María José Hernández . La mayoría de sus obras están publicadas en Olifante, editorial de Zaragoza dedicada a la poesía. Recomiendo del autor, aparte de la seleccionada, La creación poética es un acto de destrucción, una antología del autor.
Nada nuevo podría decir sobre El Quijote. Lo leí por primera vez obligado por mi profesor de literatura de entonces, a los dieciséis años, y ya produjo en mí una honda impresión. En la universidad también tuve que leerlo y lo hice con mucho más gusto. Más adelante un par de relecturas me han ayudado a sacarle más matices. Explicarlo en clase fue una ardua y apasionante tarea.
Lope es una inagotable fuente de buenas lecturas. Durante una buena temporada me dediqué a leer sus obras de teatro y disfruté bastante. Varios años, además, ha sido lectura obligatoria para mis alumnos, con resultados dispares. Fuente Ovejuna, por ejemplo dio mucho juego. Otras también fueron bastante bien: La dama boba y El villano en su rincón.
Manual excelente el de Demetrio Estébanez Calderón. Me ha ayudado mucho en la preparación de clases, en distintas pruebas a lo largo de mi vida y también como libro de referencia para diversas cuestiones literarias. Es el mejor diccionario de términos literarios que conozco. Muy recomendable.
Tuve la suerte de conocer personalmete a Alejandro Gándara en Santander. Fue una reunión muy sencilla, con alumnos, en la que me tocó presentarle ante ellos. Dejó huella entre los presentes por alguna de sus heterodoxas ideas y por la manera de hacérnolas llegar. Todo esto despertó en mí el interés por su lectura y así llegué hasta Un amor pequeño. Me gustó, me pareció una obra sobria, bien construida y de placentera lectura. Después vinieron otras: La media distancia, Últimas noticias de nuestro mundo y Nunca seré como te quiero. La que más me impactó fue la primera.
Incluyo aquí esta obra por haberla leído recientemente. Sí, llegué algo tarde a Delibes, pues apenas había leído alguna de obras de este gran autor: Cinco horas con Mario, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris. Tuve la misma sensación con El camino que con sus otros libros: prosa sencilla de marcado estilo personal y que trasluce profesión literaria. Lo considero un autor muy aconsable.
El boca a boca funcionó a la velocidad de la luz con esta obra de Ruiz Zafón. La sombra del viento tuvo su momento y toda tertulia que se preciara había que hablar de la obra. No pude resistirme a tal impulso y leí con fruición el libro. Rebasó mis espectativas y me gustó mucho. Bien escrito, bien construido y merecido el reconocimiento personal . Como tarea ahora, me propongo leer otras obras de este autor. Por las estanterías de mi biblioteca reposan, pacientes, Marina, El príncipe de la niebla y El juego del ángel. Todo se andará.
No conocía a este autor hasta leer esta obra. Soldados de Salamina fue leída por mí después. La velocidad de la luz me pareció interesante, por mostrar unas páginas profundas y por la inquietud del falso autobiografismo que refleja. Cercas acaba de publicar su última novela, Anatomía de un instante, en Mondadori y habla sobre el 23-F. He descubierto, con agradable sorpresa, que ha traducido, entre otros a Quim Monzó.
Está claro que no voy a descubrir nada nuevo sobre esta obra. Muchas son las lecturas que he hecho de ella: desde el punto de vista del lector curioso, desde el punto de vista del estudiante, del profesor… Cada una me ha aportado un poco, cada una me ha dado matices nuevos para sacarle más jugo.
Obra de imprescindible lectura. No sé ya cuántas veces lo leí y lo expliqué en clase, disfrutando todas ellas. Existen inmumerables ediciones, muchas de ellas malas. La de Cátedra por Francisco Rico es la mejor que conozco. Igualmente se han hecho unas cuantas versiones cinematográficas, yo me quedo con la de Rafael Álvarez.
El género de la picaresca no se entedería sin esta aportación de Francisco de Quevedo. Gran obra de muy agradable lectura, recomendada para cualquiera. El título completo es Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos. La edición de Domingo Ynduráin me parece realmente buena.
Junto al Lazarillo, es la obra imprescindible de la picaresca en la literatura española. La obra de Alemán es más honda y elaborada que aquélla. Lázaro y Guzmán, unidos, forman el tipo de pícaro.
Seguimos con los clásicos. De nuevo una obra leída por mí unas cuantas veces y explicada otras tantas. Varios han sido los cursos que ha sido lectura obligatoria para mis alumnos y es una obra que acaba gustando. Para ellos la edición elegida fue la de Vicens Vives, que tiene unas cuantas adaptaciones de clásicos bastante buenas.
No me resultó sencilla la lectura de esta obra, pero el esfuerzo mereció la pena. Además, tuve la gran suerte de tener a José Manuel Cacho Blecua como profesor en la universidad, y esto sí facilitó el trabajo. Todo filólogo debe pasar por esta obra.
Arriba mencinaba a José Manuel Cacho. Él fue quien me guió por ciertas lecturas que me ayudaron a conocer mucho mejor la literatura española. Para mí, resultó mucho mejor el estudio que la lectura del Corbacho.
Seguimos con la línea de libros imprescindibles dentro de la historia de la literatura española. Como en otras obras, el estudio del Libro de buen amor y de su autor me resultó mucho más gratificante que la lectura.
Esta colección de enxiemplos es universal y atemporal. He aquí una obra vital para nuestra literatura y cuya lectura es, de verdad, agradable y enriquecedora. Varias lecturas llevo hechas y varias explicaciones en clase. Fue incluso lectura obligatoria para mis alumnos algún año y, para mi sorpresa, el libro no desagradó en absoluto.
He aquí un autor vital en la historia del teatro español de los últimos años. Escuadra hacia la muerte supuso para mí un impacto personal: entendía que la obra iba mucho más allá de lo que decía, y que aquello que transmitía era lo realmente importante. Otras obras de Sastre bien merecen, igualmente, su lectura: La mordaza, Los últimos días de Emmanuel Kant, o La columna infame, entre muchas otras.
El teatro español no sería lo que es sin Antonio Buero Vallejo, y tal vez tampoco sin Historia de una escalera. Su lectura resulta imprescindible para comprender esto y también, obviamente, presenciar y disfrutar su representación.
Y convidado de piedra, reza el título completo de la obra, según esta edición de Alfredo Rodríguez en Cátedra, atribuida a Tirso de Molina. Otra obra de teatro que es pieza vital en la literatura española. Leerla es un placer absoluto, difícil que no guste.
Y por supuesto el Don Juan de Zorrilla. Con esta obra, lo mismo que con cualquiera de las de teatro aquí citadas, no se puede hacer otra que gozar con su lectura, aunque mucho más con su representación siempre que se pueda.
Aquí otro autor clave para el teatro español. En esta cuidada edición de Castalia tenemos dos de sus obras más célebres, pero Mihura merece ser leído al completo: Melocotón el almíbar, Ninette y un señor de Murcia, A media luz los tres y un largo etcétera.
Carlos Arniches es pieza, también, importante en el teatro español de la primera mitad del siglo XX. Se le podría considerar superficial y costumbrista, tal vez lo sea, pero gozó de gran éxito en su momento. La lectura de sus obras, empero, es bien entretenida. Pido disculpas por incluir aquí una edición un tanto penosa, pero no ha habido manera de encontrar una imagen de cierta calidad de otra edición que sí está muy cuidada, la de Cátedra. Recomendable de este autor también, desde mi gusto personal, sería Los caciques.
Fernando Ferná-Gómez ha sido uno de los intelectuales más polifacético de los últimos años. Su labor más reconocida sea tal vez la cinematográfica -como actor, director y guionista-, pero no es nada desdeñable su tarea literaria. Las bicicletas son para el verano me parece una de las obras mejores del teatro del siglo XX español. Además, Fernán-Gómez escribió varias novelas, libros de poesía (El canto es vuelo me parece muy recomendable), practicó la literatura infantil y el género ensayístico.
Me interesé por esta obra tras toda la polémica surgida tras su publicación, en 1988. Quería saber por qué motivo cierto sector del mundo islámico consideraba que había que condenar a muerte a alguien por haber escrito una novela. Mi curiosidad quedó resarcida a medias, pues tuve problemas para comprender la novela. No me gustó en absoluto. Pero al menos fui coherente con mi forma de pensar: quería saber por mí mismo todo lo que pudiera sobre la controversia del momento.
Aparte de varias recomendaciones de cercanos, me interesé por este autor por razones personales: fui alumno de José Luis Corral en la universidad. No me defraudó en absoluto y la novela me cautivó de principio a fin. Después vinieron otras lecturas (El Cid, El amuleto de bronce: la epopeya de Gengis de Khan, Numancia) y me gustaron mucho igualmente. El autor es alguien muy próximo y muy pródigo por las tierras aragonesas y actividad intelectual es bien conocida. Muy recomendable.
Incluyo aquí esta obra por una razón muy sencilla, el autor es un buen amigo mío. Tal vez aparecería igualmente si no lo fuera, porque Patxi Abadía se muestra en este libro como un investigador incansable e inmejorable. El tema de la obra es un tanto local, como indica su título, pero resulta de gran interés para todos aquellos interesados en conocer más a fondo la Guerra de la Independencia en general. La actividad intelectual de su autor no se queda ahí, además, coordina una revista literaria, Ágora, de publicación anual y de gran calidad.
Tal vez había leído o escuchado demasiados comenarios acerca de esta obra, pero lo cierto es que tras su lectura no acabé de ver la novela magistral que algunos afirmaban. De acuerdo con que su estilo es correcto, la narración está bien construida y con que se enmarca en una línea de “tremendismo” que puede cautivar al lector. Sí, pero a mí no me cautivó en absoluto. La sensación que tuve es que en esta edición de Anagrama, no sé si también en otras, la tradución era de muy poca calidad.
Incluyo aquí el cartel de la película (dirigida en 1979 por Pilar Miró), ya que no he encontrado una buena imagen de la novela. Tanto la una como la otra me parecen dos obras muy menores en cuanto a su calidad, pero realmente interesantes por su contenido. La dramática historia narrada ocurrió realmente en los años previos a la Guerra Civil. Su autor, Alicio Garcitoral, padeció un largo exilio y en él se dedicó a la literatura, sobre todo ensayística, casi siempre con temas políticos.
Esta obra la añado aquí no por su valor literario, es más bien escaso. Pero sí tiene, desde mi punto de vista, interés por su muy entretenida lectura que agrada mucho al lector. La ficción narrada es muy original. Pablo Tusset irrumpió en el panorama editorial (no diría nunca literario) con esta obra; tiempo después escribió En el nombre del cerdo, la leí con ganas de ver la evolución del autor y me decepcionó bastante. Por otro lado, la versión cinematográfica de Lo mejor… creo que es muy digna y se deja ver.
Mi devoción por el músico Joaquín Sabina me llevó hasta este libro. Decepcionante sin paliativos, esta es mi opinión. Las letras de las canciones de este ¿cantautor? me parecen geniales, algunas sublimes; sus sonetos flojos, algunos nefastos. Creo que este viaje hasta la poesía bien se lo podría haber evitado.
Gran poeta, Ángel González, no descubro nada nuevo. Desde aquí recomiendo su lectura pausada, intensa y deleitosa. Todo buen lector de poesía debería pasar por sus letras. Palabra sobre palabra, Deixis en fantasma, 101 + 19 = 120 poemas o Palabra sobre palabra (antología del poeta) me parecen imprescindibles.
Había que leerlo y lo leí. Creo que en esta obra se reúne todo lo bueno y lo malo de los denominados “betsellers”: técnicamente la obra es mediocre, pero resulta muy entretenida. Tuvo su momento de auge -andaba en boca de todo el mundo- y pasó.
Hago el mismo comentario para esta obra que para la anterior, con la salvedad de que la de Dan Brown me parece todavía más mediocre, directamente mala. Como lectura de entretenimiento cumple muy bien, pero nada más.
Pido disculpas por la imagen, no encontré una mejor. Y no me extraña: la obra de Morey es floja, floja. Leí el libro de una manera muy circunstancial: por trabajo, para unas Rutas Literarias. Viajé con alumnos a Mallorca y allí desmenuzamos la obra del bueno de Morey. El autor nos acompañó durante la semana que estuvimos allí y se mostró como una persona entrañable y gran conocedora de la isla. Empero, su obra, como digo, me parece muy simplona.
Excelente novela de un gran literato. La narración novela la historia de los Borgia de una manera fascinante. De Vázquez Montalbán, aunque no me he prodigado mucho en él, creo que es interesante leer casi todo. Una gran aportación suya es el personaje de novela negra Carvahlo y su larga serie de libros. También destacaría la creación poética del catalán, Coplas a la muerte de mi tía Daniela o Ars amandi bien merecen ser leídas.
Tuve mi pequeño momento Vázquez-Figueroa. Buscaba en la lectura un punto de evasión y lo hallé. Leí desde esa perspectiva Coltan, ¡Panamá, Panamá! y Piratas y me proporcionaron lo que buscaba.
Gran novela decimonónica (se publicó en 1830) de un gran novelista. El realismo en su estado puro a través de las aventuras y desventuras de Julien Sorel, un personaje para la historia de la literatura universal. Me gustó mucho; la considero una de esas obras que te reconcilian con la literatura, así en general.
Deliciosa obra… Varias han sido las lecturas que he hecho de esta obra; la más costosa ha sido también la más placentera, en francés. Muy complicado el comprender bien la literatura francesa sin esta obra, casi diría lo mismo de la española, al menos aplicado al Realismo.
He aquí otro clásico de la literatura francesa. La narración está fantásticamente construida y su lectura es muy grata. Además, la historia es de las que dejan huella. Por todos es conocida su conexión con la ópera de Verdi, La Traviata.
O el moderno Prometeo, que así es el título completo -y esclarecedor- de esta obra. Es el libro que tengo entre manos ahora mismo -será la segunda o tercera relectura, no recuerdo bien. En cada una de ellas he disfrutado de nuevos matices y ha hecho que me guste aún más. Espero que mis alumnos piensen lo mismo.
Tenía que aparecer pronto o tarde. No muchas han sido las obras de Shakespeare que he leído, debo confesarlo; aunque sí he apreciado un gran valor en las que sí fueron mis lecturas: Hamlet, Romeo y Julieta, El sueño de una noche de verano, El rey Lear, Mucho ruido y pocas nueces (película incluida), Enrique VIII, La fierecilla domada, al menos que recuerde ahora.
El último año de la carrera fue muy pródigo para mí en lecturas. Aunque casi todas se me plantearon como obligatorias, con muchas disfruté. Es el caso con esta obra de Voltaire.
De don Leandro me quedo con todas sus comedias. Comedias neoclásicas las llaman por ahí. Las considero muy importantes dentro del panorama teatral español. En su momento gozaron de gran éxito y -así lo creo yo- marcaron un punto de inflexión de gran importancia. Y, además, son muy entretenidas.
Mi recuerdo de la lectura de esta obra es sencillamente estupendo. Disfruté enormemente y creí sacar mucho jugo de sus páginas. Me parece una obra esencial que puede dejarse de leer.
De nuevo el recuerdo de una obra que me resulta especialmente placentero. Me atrajo la capacidad de la obra de trasladar al lector a una situación y a unos ambientes tan extraordinarios.
Otro clásico para disfrutar haciendo volar la imaginación. Este ha sido el año que me he decidido a hacerlo leer a mis alumnos y el resultado no ha sido tan bueno como yo esperaba. Con todo, más de uno le ha sacado bastante jugo. Del mismo autor tampoco deben dejar de leerse otras obras, o por lo menos El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
Cuando llegó a mis manos esta obra no conocía a su autora. La obra en su conjunto me gustó bastante, aunque debo reconocer que el principio de la misma estuvo a punto de hacerme abondar su lectura. Este inicio está constituido por una profunda trama psicológica que, en mi opinión, se hace un poquito larga. Más adelante comienza la diégesis, la narración de una historia muy hermosa y que place mucho al lector. En este historia Rivera de la Cruz profundiza en la Segunda Guerra Mundial, sus consecuencias y la conecta con nuestro país. Muy interesante.
En esta novela Bryce Echenique narra una parte de la vida de Julius desde el punto de vista de un niño. Esto fue lo que más me gustó de la obra, pues el peruano se muestra como un gran narrador. Interesante, bien construida, muy recomendable su lectura.
Novela muy exitosa del escritor irlandés escrita en 2006. La obra es breve pero muy intensa y muestra de manera magistral la visión de un niño de ocho años del mundo. La lectura de la obra es deliciosa y nos lleva poco a poco hacia una tensión final que el lector adivina pero desea equivocarse. Recientemente (a finales de 208 y estrenada en el Festival de San Sebastián) se creó la versión cinematográfica: me parece bastante correcta, sin más.
Encontramos aquí otra novela que aporta la visión de un niño, el principal valor de la obra. El punto de vista adoptado por el autor es el de la ternura y la inocencia. Y realmente el efecto buscado se consigue: su lectura es muy grata.
Jorge Semprún es una persona de una intensa actividad literaria y política. Sólo por conocer un poco mejor al autor considero que ya puede ser leído. El largo viaje -su primera novela, 1963, fue escrita en francés: Le grand voyage), narra la experiencia personal del propio autor apresado y toturado en el campo de concentración de Buchenwald de 1943 a 1945. Fue activo militante comunista y llegó a ser ministro de Cultura entre 1988 y 1991.
He aquí un clásico, me refiero al autor, que no podía faltar. Esta novela -publicada en 1866- de marcado carácter psicológico bien representa ese Realismo que roza el Naturalismo. Con todo, es muy osado encuadrar la obra en un movimiento literario y yo no soy quien para hacerlo. La lectura de esta obra me impactó bastante -tal vez era muy joven cuando la leí- al igual que otras del ruso, tales El jugadror, El idiota y Los hermanos Karamazov.
Debo confesar que esta obra llegó a mis manos por puro azar, apenas tenía alguna referencia de la novela y de su autor. Su lectura me complació mucho, me gustó por presentar un estilo literario marcado y personal y, asimismo, por su contenido. Me parece una obra recomendable de verdad.
Esta obra de Thomas Mann, publicada en 1912, tiene una trama honda, reflexiva, intelectual. Tiene un argumento en aparencia sencillo: pocos personajes -dos en realidad-, pocos escenarios, poca acción; pero su profundidad hace que el que la lee acabe inmerso en la mente de sus protagonistas, sobre todo del principal, Gustav von Aschenbach, un destacado escritor alemán de edad madura que ha viajado a Venecia en busca de la inspiración perdida.
Güiraldes es un autor necesario para comprender mejor la novela hispanoamericana y Don Segundo Sombra, considero yo, su novela principal. Ésta fue publicada en 1926 y en ella se trata al gaucho como un personaje legendario, sin otros matices sociales. Este autor argentino fue “estanciero”, un poderoso hacendado en la Patagonia y esta visión la refleja claramente en su obra.
Me acerqué a este autor por la curiosidad de saber cómo escribía alguien que gozaba de tanto éxito editorial. Así, leí un par de obras del británico –El sastre de Panamá y La gente de Smiley. Más o menos fue lo que esperaba: historias construidas correctamente, tramas bien trazadas y documentadas, pero su valor literario, técnicamente hablando, casi inexistente. Con todo, creo que John le Carré ha cubierto muy dignamente un espacio necesario entre el gusto de los lectores.
Mucho disfruté con la lectura de esta obra. Me gustó el contenido y la forma. Umberto Eco me parece un narrador excelente y en Baudolino queda bien patente, más allá del rigor histórico que tenga la obra -algo que desconozco. Otras obras imprescindibles de este autor son, sin ningún género de dudas, El péndulo de Foucault y, cómo no, El nombre de la rosa. Mención aparte hago de Apocalípticos e integrados, obra casi de culto, que nos llevan a un Eco estudioso de la lengua, su faceta, tal vez, más relevante.
Como otras veces, mi acercamiento a la obra vino motivada por el interés por el autor. La novela me causó gran indiferencia, no acabo de verle el valor literario que parece se le presuponía. Quise darle otra oportunidad con El amante lesbiano y la sensación fue exactamente la misma. No me gustó ninguna de las obras. Así que, por esta vez, seguiré profesando simpatía hacia el autor, pero no hacia su obra. Con todo, sí me parece de interés su faceta de autor de obras de temática económica y El mercado y la globalización, obrita sencilla, sí la encuentro recomendable.
Estamos ante la que considero una de las mejores historias de amor que he leído. Su lectura es sencillamente deliciosa, recomendable a todo el mundo. Yo conozco dos versiones cinematográficas, una es más moderna: de 1990, dirigida por Jean-Paul Rappeneau y protagonizada por Gerard Depardieu; la otra es de 1950, el director es Michael Gordon y Cyrano es representado por José Ferrer. Ésta última es, a mi juicio, una película maravillosa, que capta a la perfección la sensibilidad de la obra teatral de Edmond Rostand. Desde aquí, pues, lo recomiendo todo en torno a Cyrano: leer a Rostand, ver las dos películas -sobre todo la de 1950- y, por supuesto, siempre que se pueda acudir al teatro a ver la representación.
Antonio Machado es un poeta imprescindible dentro del panorama español. Toda su obra, en general, merece mi total respeto. He destacado aquí Campos de Castilla ya que es, tal vez, la más cercana a la Generación del 98, aspecto que a mí más me interesa. Pero no pueden dejar de leerse poemarios como Soledades o Nuevas Canciones. Escribió teatro en colaboración con su hermano Manuel; en esta faceta yo tan sólo conocozco Juan de Mañara y La Lola se va a los puertos.
Cualquiera que esté interesado por el teatro, en general, debe leer a Molière. Así lo entendí yo cuando me acerqué a este francés del siglo XVII tan vinculado a las artes escénicas: autor, actor y director de una compañía teatral (que se convertería, gracias a los favores del rey Luis XIV, en Compañía Real). De Molière destaco varias comedias: Tartufo, por supuesto, Las preciosas ridículas, La escuela de mujeres, Don Juan; también es autor de obras de más calado como El misántropo, El médico a palos y El avaro.
Si una obra teatral puede impactar al lector, esa es La vida es sueño de Calderón. La obra provoca reflexiones de lo más interesantes y no deja indiferente. Estamos ante otro autor -y otra obra- crucial en la historia de la literatura española. De éste recomiendo leer todo lo que se pueda y más; citaré varias obras, de entre las muchas que escribió: El médico de su honra, El mágico prodigioso, El alcalde de Zalamea, Amar después de la muerte (drama histórico), El príncipe constante, El gran teatro del mundo, El gran mercado del mundo, etcétera, etcétera.
He aquí una obra muy recomendable: su lectura es muy agradable y amena. Apuleyo es un autor del Imperio Romano que vivió en el siglo I d. de C. La historia narrada es la de Lucio, un joven que es víctima de un hechizo fallido que lo transforma en asno, y que sin perder sus facultades intelectuales -salvo el lenguaje-, pasa por varios amos y diversas aventuras. El libro aporta también reflexiones religiosas y filosóficas (Apuleyo se formó en la filosofía platónica).
Se trata de una edición especial de Cátedra, que con este volumen conmemora el título 500 de su labor editorial dentro de las Letras Hispánicas (autores clásicos españoles e hispanoamericanos). Esta antología reúne poemas desde el origen de la literatura escrita en castellano (las jarchas) hasta nuestros días -en concreto, hasta 1994.
De Pablo Neruda no seré yo quien diga algo nuevo. Lo que sí puedo hacer es incitar a quien quisiere a leer esta autobiografía del chileno. Estas memorias hacen comprender mucho mejor la obra poética del autor y de paso uno se enriquece con las vivencias de alguien que tuvo una azarosa e interesante vida.
Esta obra fue leída por mí hace unos cuantos años, en mi juventud. La tomé como un libro de aventuras o algo parecido que me causó una honda impresión: conecté en seguida con la prosa sencilla, pero elaborada, de Pío Baroja. Más adelante, ya en la universidad, tuve mi época barojiana y leí con gusto otras obras del autor vasco: El árbol de la ciencia, Zalacaín el aventurero, El mayorazgo de Labraz, Los visionarios, Los amores tardíos y alguna otra.
Una pequeña parte de la cultura francesa, sobre todo literaria, ha influido en mí bastante. Se debe sin duda a mi formación en el bachillerato y en la universidad. Baudelaire es uno de los autores que entran en esta influencia y en concreto esta obra suya, Los paraísos artificiales. Y el principal influjo lo canalicé hacia mi modestísima veta creadora. Baudelaire o Verlaine, y otros, fueron y son importantes para mí.
Me resulta mucho más interesante el Pérez-Reverte de escritos breves que el novelista. En su espacio de El Semanal cada domingo destila varias gotas de buen hacer literario. En Patente de corso quedan recogidos pequeños relatos, reflexiones, lucubraciones y demás del murciano hasta 1998; continúan estas recopilaciones de artículos Con ánimo de ofender y No me cogeréis vivo. No es que rechace al Pérez-Reverte novelista, ni mucho menos, simplemente es que no me he prodigado en ello, tan sólo he leído de él Territorio comanche, obra que me pareció muy menor en cuanto a lo literario, pero a la que le reconozco valor como muy entretenida.
Hubo un tiempo en que consideré que debía leer esta obra. Y lo hice. No encontré nada que la hiciera la sublime creación que algunos ven en ella. Me impactó, ciertamente, pero las expectativas, me temo, eran muy superiores a lo que luego encontré entre sus páginas. Con todo, una obra más leída, un autor más leído.
En alguna ocasión he pensado que Lorca es un autor sobrevalorado en nuestra literatura. Considero que sus circunstancias personales, su vida y su muerte, lo han convertido en especial. Pero sus obras son realmente fantásticas, lo sobrevalorado es la persona no sus creaciones. Me interesa mucho la poesía del granadino, pero todavía más su obra teatral. Su aportación a este género es incalculable; me estoy refiriendo sobre todo a la labor con La Barraca. De sus obras me quedo con La casa de Bernarda Alba, aunque he disfrutado con todas ellas.
Incluyo aquí una obra de Altolaguirre como excusa para hablar sobre él. Es uno de los olvidados dentro de la denominada Generación del 27. Su azarosa vida siempre estuvo unida a la literatura en su más amplio sentido; gran editor e impresor, tiene también un alto valor literario, sus poemas son emocionantes y llenos de buen hacer. También tuvo mucho relevancia su labor dentro del mundo de las revistas literarias y también trabajó en el cine, como guionista (por ejemplo de Subida al cielo, de Luis Buñuel), productor y director.
He aquí un libro importante dentro de mis lecturas en poesía. El poeta chileno me parece relevante por sus ideas más que por sus palabras, siendo éstas realmente interesantes. No deben dejar de leerse de Nicanor Parra otras obras, tales Los profesores, Hojas de Parra, Chistes para desorientar a la poesía o Poemas para combatir la calvicie.
Aquí tenemos otro autor interesante dentro del panorama cultural y literario del siglo XX español. Poeta y dramaturgo, el de Zaragoza reúne un buen número de buenos poemas. Destacaré un par de poemarios suyos: Sumido 25 y Soliloquios. Como dramaturgo Miguel Labordeta estrenó Oficina de horizonte.
Otro autor muy interesante en su conjunto. Se le incluye entre los “Novísimos” y a mí me gusta muy especialmente el uso que los nueve poetas de este movimento hacen del lenguaje y en concreto el de Talens. Su obra poética está reunida en tres volúmenes: Cenizas de sentido, El largo aprendizaje y Puntos cardinales. Son también para mí de verdad interesantes sus “juegos poéticos” (casi siempre con imágenes); citaré algún ejemplo de estos denominados “iconotextos”: Purgatorio, La mirada extranjera, La certeza del girasol (éste último de la editorial Azotes Caligráficos).
Siguiendo con poetas y con los novísimos, incluyo también a Gimferrer. Me parece un autor crucial para comprender la poesía española de los últimos años. El uso que hace del lenguaje me parece peculiar, innovador y por ello muy interesante. Su labor intelectual es bien amplia: publica periódicamente en El Correo Catalán, tiene una novela publicada y premiada, escribe en castellano y en catalán.
Para mí, los últimos poetas aquí incluidos van indisolublemente asociados. Todos ellos me llegaron en la misma época, hace ya algunos años, cuando llegué a la conclusión de que la poesía era algo más que lo que había leído hasta ese momento. Todos estos poetas, con Gil de Biedma a la cabeza, me abrieron el campo poético hasta límites lejanísimos y, además, hicieron nacer en mí una veta creadora muy productiva.
Otro poeta fantástico, original, de lectura amena y enriquecedora. Recomiendo, con entusiasmo este libro, y también otro que a mí me impactó sobremanera, En la másmedula, en el que el juego literario y del lenguaje es sencillamente genial.
Como con otros autores aquí citados, poco o nada nuevo puedo añadir sobre Octavio Paz. De él me gusta casi toda su obra y la he leído con fruición en distintas etapas de mi vida. Cuando acudo a la poesía, Paz siempre está ahí.
Otra excelente recomendación de Pepe. El libro me ha parecido realmente interesante, con una intriga bien hilada y que seduce al lector. Destacaré dos aspectos de esta obra. El acercamiento a un autor para mí desconocido y el descubrimiento del osario de Sedlec, algo absolutamente digno de ser visitado.
Más que unas memorias, considero que es un pequeño anecdotario. La redacción ha quedado un tanto deslavazada, carente de cohesión y por momentos aburrida. Esperaba algo más del paisano. Con todo, se deja leer y alguna perla destila el ex parlamentario.
Esta obra tiene un gran valor como testimonio, bien documentado, de un colectivo de personas que padecieron cruelmente la guerra civil española. Iglesias, cuenta con tono objetivo, pero con gran sentimiento, la persecución y el escarnio de unos cuantos maestros de la República. La lectura del libro se hace, por momentos, un tanto repetitiva, pero siempre interesante. Me parece un excelente homenaje al colectivo de los enseñantes que sufrieron la victoria de los estúpidos.
Fantástica novela de María Dueñas. Con el trasfondo del rigor histórico de los años treinta y cuarenta españoles, la autora narra -a las mil maravillas- un parte de la vida de una mujer; lo hace en primera persona, con una técnica literaria sin fisuras, aportando una visión femenina de gran calidad. Absolutamente recomendable su lectura.
Fantástica novela. Como otras tantas veces, no pude resistir los comentarios de todo el mundo sobre la obra y tuve que leerla, tarde -si se tiene en cuenta su momento de éxito- pero lo hice. Su trama argumental es muy atrayente. Peca, en mi modesta opinión de un exagerado maniqueísmo es su planteamiento. Sin embargo, se aprecia una excelente labor de investigación tras la novela que le da gran calidad. Hice muy bien en leerla.
Gran novela. Nunca mejor dicho, pues en sus más de mil páginas uno puede apreciar a un excelso narrador. La obra sirve para hacerse una muy buena idea de cómo comenzó, se desarrolló y terminó la Primera Guerra Mundial. Entretenimiento e historicidad, dos ingredientes bien cocinados por Ken Follett. Además, tiene la habilidad -desde mi punto de vista- de introducir una visión humana: la peripecia de varias familias de distintos países inmersos en la terrible contienda, que hacen que el lector se implique en sus sufrimientos y alegrías -aunque éstas pocas. La visión se ofrece bien diversificada, desde muchos puntos de vista: de las altas clases nobles al proletariado más humilde y también desde varios de los bandos que intervinieron: Alemania, Rusia, Gran Bretaña, Irlanda, Estados Unidos, Francia. La obra está realmente bien documentada y su lectura resulta -según lo veo yo- muy atractiva.
Me parece tremenda herejía añadir aquí este título, entre tanta obra literaria de tanto autor literario. Pero el caso es que este grupejo de letras llegó a mis manos e hice el esfuerzo de leerlo. Considero que lo mejor de este “libro” es, con muchísima diferencia, el título, que podría ser más o menos atractivo. Se trata de un compendio de consejos para conseguir la plenitud personal y con ella la felicidad, en un tono absolutamente cansino, repetitivo y nada original. Nunca me gustaron los denominados libros de autoayuda: como mucho ayudan al que lo escribe, cuando lo escribe -ni siquiera cuando lo lee. Esta obrita me hace ratificarme en la idea.
Esta obra de Andreu Martín me ha dejado un poco descolocado. Tengo serios problemas para juzgarla: no sé bien si es un excelente libro, lleno de ironía, humor inteligente y buen hacer literario o si es una castaña un tanto infumable, llena de pedantería y recursos facilones. Me inclino más por la segunda opinión, eso sí. Tuve el tremendo error de mandarla leer a mis alumnos de segundo de ESO y el desastre fue total. Con todo, resulta más o menos entretenida, siempre y cuando el lector tenga unos mínimos recursos lingüísticos y literarios, que desde luego se adquieren más tarde que el curso antes mencionado. Tomo nota para el futuro.
Librito de lectura bastante sencilla y recomendable para jóvenes. O no. Se trata de una novela sencilla en su construcción, muy básica diría yo. Ha sido la obra que han tenido que leer este curso mis alumnos de tercero de ESO en el primer trimestre. A ellos le ha gustado, a mí no. Pero con lo primero ya es suficiente. Laura Gallego, autora muy reconocida en este género juvenil, no es de mi agrado. Igual es que ya no soy tan juvenil como para leer estas simplezas.
Excelente novela. Se aprecia en ella un Mendoza maduro, gran arquitecto literario y que sabe complacer al lector. Este autor es una de mis predilecciones y no me ha defraudado en absoluto con Riña de gatos. Recuerda, por momentos, a otras obras suyas anteriores, tales El laberinto de las aceitunas y El misterio de la cripta embrujada, lo cual para mí es una absoluta maravilla. Merecido premio literario el que obtuvo el libro.
Me resulta un poco complicado catalogar esta obra dentro de alguno de los géneros convencionales. En algún sitio he leído que se trata de un extenso haiku hecho novela. Pues podría ser… Mis gustos poéticos sí están cercanos al haiku, aunque no tanto a esta novela de la japonesa Yoko Ogawa. El ritmo de ella -la novela- me resultó excesivamente lento, hay una acusada carencia de acontecimientos y en su lectura tuve la sorda sensación de estar leyendo todo el tiempo lo mismo. Me parece muy interesante la combinación de las matemáticas (muy presentes en la obra) y la literatura. Y por lo demás, para mi modestísima opinión, nada puede ser salvado en la novela.
Esta es la obra que han tenido que leer mis alumnos de tercero este curso en la segunda evaluación. La elección no fue mía, aunque la asumí como tal. Vicens Vives hace una edición muy digna de varios relatos decimonónicos de autores bien consagrados: Montague Rhodes James, Hanns Heinz Ewers, Guy de Maupassant, H.G. Wells, Arthur Machen, William Wymark Jacobs, Edgar Allan Poe. Reconozco, empero, su calidad literaria, aunque a mí no acaban de gustarme demasiado. Para chavales de quince años el lenguaje empleado y el contenido de los relatos, considero, no fueron muy atractivos.
Obra de entretenimiento excelente. La calidad literaria (menos mal que nadie me pregunta qué es esto exactamente) no brilla por su presencia. De nuevo tenemos un mundo lleno de malos malísimos y buenos buenísimos. El maniquenísmo es brutal esta vez. Con todo, me sigue asombrando la capacidad de documentación que este señor -y su equipo, imagino yo- tiene. Se aprende un poquito de historia a través de las páginas de Follett y eso está bien. La trama, por su fuerte carga sentimental (casi sentimentaloide, también es cierto) engancha desde el principio. Debo confesar que disfruté sobremanera con la lectura de esta novela.
El mundo de la mafia y sus entresijos me cautiva. Soy de ese grupo de personas que consideran obra maestra la película El Padrino, ya he perdido la cuenta de las veces que la he visto y cada vez que lo hago (sobre todo de las partes primera y segunda, la tercera no la tengo en tan alta estima) gozo como la primera. Este es el motivo que me llevó a adquirir y leer este libro. Esperaba una novela que fuese digna de acercarse a la de Mario Puzo, aunque fuese de lejos. Pues bien, nada más lejos de la realidad. Ni siquiera es una novela, se trata de una sucesión de datos y más datos con una conexión muy débil que a mí me ha costado un mundo leer. Se pierde uno en la farragosidad de nombres, fechas y demás. No existe un hilo narrativo marcado, esto lo tiene que poner el lector. Y con gran esfuerzo.
Muchas de las cosas que Talese, periodista afamado, cuenta son de gran interés, pero las 640 páginas que tiene se me hicieron muy largas. Con todo, la tremenda labor de investigación que su autor realizó es de gran valor.
Aquí tenemos el reflejo de la experiencia vital y sobre todo profesional de su autor. Dedicado al mundo de la enseñanza secundaria en Estados Unidos, fundamentalmente en la ciudad de Nueva York. Su lectura me resultó un tanto pesada. Bien es cierto que algunas de las vivencias en las aulas y en los centros educativos contadas son universales y todos los que nos dedicamos a esto las hemos vivido de alguna manera. Pero el intrincado mundo laboral de los profesores en EE. UU., las experiencias sucedidas en los años 60 y siguientes en este país a mí me han resultado lejanas del todo. En resumen no ha acabado de gustarme la lectura de este libro, precisamente por sentir como bastante ajenas las circunstancias de este profesor irlandés. También es verdad, en su descargo, que en alguna de sus páginas queda reflejado ese espíritu ilusionante que todo docente debe tener.
Quien esto escribe es un admirador del novelista catalán. Me gusta su prosa alambicada y su arquitectura literaria es muy meritoria. Con todo, debo decir que esta obra me ha parecido un tanto prescindible. Me explicaré. El personaje central, protagonista de otras novelas de Mendoza, creo que está ya un poco agotado: demasiadas vueltas de tuerca en su, dilatada ya, peripecia vital. Los personajes secundarios están llevados al extremo de la parodia y resultan un tanto inverosímiles y la trama es un tanto baladí. De todas formas, creo que todo es expresa voluntad del autor.
Lo cierto es que me he entretenido mucho con la lectura de esta novela, empero de tener claro que por esta vez Mendoza no ha creado una obra maestra de la literatura hispana.
Novela de misterio con el caso de una desaparación investigada por unos jóvenes. Su lectura me ha resultado del todo entretenida. A lo largo de sus algo menos de trescientas páginas David Lozano sabe cómo captar la atención del lector, crea una intriga con clara influencia cinematográfica. Su valor literario me ha parecido bajo, los diálogos no me han parecido muy logrados y por momentos la trama resulta algo predecible. Pero sí consigue, desde mi punto de vista, crear tensión en sus páginas y generar un misterio de manera muy digna. Es lectura obligatoria para mis alumnos de segundo de la ESO y creo que les va a gustar. Eso espero.
Se trata de una de esas novelitas pensadas para gente de determinada edad, en este caso dice la contraportada que catorce años. Me parece simple a más no poder, básica diría yo. Hay una única trama, totalmente lineal, con un final totalmente esperable y con una lenguaje muy sencillo. Vamos, que no les complican mucho la vida a los posibles lectores.
Nunca me gustaron las obras que nacen destinadas a un público muy concreto, y mucho menos las pensadas para adolescentes, ya que la calidad literaria brilla por su ausencia. Los personajes son predecibles, la trama es “tontita” y el trabajo intelectual del lector es casi nulo. Este libro lo cumple todo. Debo decir que ha sido una de las lecturas obligatorias para mis alumnos de 2º de secundaria. Los que la han leído dicen que no les ha gustado. A mí tampoco.
Esta ha sido una lectura obligatoria para mis alumnos de 2º de Secundaria. A mí me ha encantado. Tiene un estilo ágil, fluido; ofrece una visión coral con múltiples personajes que ponen su “voz” para narrarnos una historia realmente interesante. Me parece una obra recomendable del todo, sobre todo para alumnos de estas edades. Espero que a ellos también les haya gustado.
Excelente autor estadounidense de novela negra. Se trata de una obra de corte más o menos moderno, de fácil y fluida lectura en la que, según los críticos, destacan los diálogos. A mí no ha acabado de gustarme del todo. Encuentro la trama un tanto simplona y con poca intensidad. Además, algunas expresiones o alguno de los hechos narrados solo se entienden en un contexto social “yanqui”. Reconozco el valor del autor, pero para mi gusto necesita un poco más de enjundia.
Esta ha sido una de las lecturas para mis alumnos de tercero de secundaria. Me ha parecido un libro bastante correcto, con una trama bien hilada y una narración adecuada. El tema tratado no es nada original, ni mucho menos, pero creo que puede ser una lectura apropiada para lectores jóvenes que, más o menos, se inician en narraciones interesantes. No me parece que goce de una calidad extraordinaria, pero sí veo en La catedral alguna virtud que me hace recomendarla para los recién iniciados en literatura de temática medieval.
Es la continuación de La caída de los gigantes. Se trata de una excelente novela, de lectura fluida y sencilla. Sirve para adentrarse en una trama muy bien hilvanada por su autor y al mismo tiempo conocer más los entresijos de la Segunda Guerra Mundial. Al ser una continuación de la otra obra de Follett (es la segunda de una trilogía), reaparecen personajes de aquella y sus descendientes, con lo que el lector halla una costura perfecta entre ambas.
Personalmente debo decir que he disfrutado muchísimo con su lectura y espero con mucho interés la publicación de la tercera obra, en la que el autor tratará la llamada Guerra Fría.
Se trata de una obra que suele gustar entre los alumnos, ha sido una lectura -en este caso voluntaria- para los míos de tercero de secundaria de este curso. Los que la leyeron hablaron bien de ella. Su lectura es sencilla y para estos lectores no supuso ningún inconveniente el hecho de estar ambientada en los Estados Unidos de los años 50-60. Y digo esto porque para mí sí lo es. A mí la novela no me acabó de convencer; veo en ella una historia que no conecta con mis gustos, de corte simplón y bastante previsible.
Otra obrita de Susan E. Hinton tiene conexión con la conocida novela de la misma autora, Rebeldes. Me pareció oportuna mandarla leer a mis alumnos de PROA (un grupo con cierto desfase curricular y académico) y a ellos les gustó. Pues objetivo cumplido, porque hacer leer a estos chicos no siempre es fácil. La obra, para mí, tiene poco valor literario, más bien ninguno. Se trata de una trama muy básica, en la que unos jóvenes recuerdan sus tiempos de niños “duros” en los bajos fondos.
He aquí un clásico de la novela de misterio, de una autora excelente. Esta obra ha sido también lectura para mis alumnos de tercero de secundaria y ha sido una buena elección, pues el comentario general de todos ellos ha sido muy positivo. Vamos, que les ha gustado.
Se trata de una novela con una arquitectura exquisita, como todas las de Agatha Christie, y cuya lectura es del todo recomendable. En el panorama literario actual muchas son las obras de misterio que pueden, y deben, leerse, pero recomiendo a todo lector que quiera “hacerlo bien” que empiece por donde se debe, por Agatha Christie.
He aquí un libro especial. La combinación de narrativa y cómic le dan ese aire que para mí ha resultado muy novedoso y creo que también lo es en el panorama literario español. Su lectura me ha parecido sobrecogedora, por el desgarro mostrado en sus páginas y por contar una historia que deja un pellizco en el alma de quien lo lee. Entre sus dos autores considero que hay un poco de desigualdad, tal vez debida a la propia esencia de la obra: me parece que el dibujante, Kim, sobresale de manera brillante por encima del narrador y las viñetas son, en muchas ocasiones, pequeñas obras de arte trazadas de manera magistral.
De nuevo una recomendación de Pepe, y de nuevo vuelve a mostrar un ojo especial para la literatura. Gracias, amigo.