¡Bienvenidos a todos al nuevo curso doce trece!
Empieza un nuevo curso con todo lo que ello supone. En lo general, seguimos en la línea decadente en la que ha entrado la educación pública. Bien es cierto que en estos días iniciales no muchos signos evidentes hay de ello, pero los recortes en educación no han desaparecido; decenas de compañeros profesores y maestros se han quedado sin trabajo, los que sí lo tenemos trabajaremos más por menos sueldo. También tendremos más horas de clase, más alumnos.
En lo particular empiezo una nueva etapa que se me antoja ilusionante. Disfruto ya de mi destino definitivo en la ciudad donde vivo, apenas he hecho que aterrizar. Dejo atrás seis cursos fantásticos en Cintruénigo, donde se queda un pedacico de mi corazón, unos compañeros estupendos y unos cuantos chavales -y familias- que “han pasado por mí”, espero haber contribuido apenas un mínimo en que sean personas un poco más plenas. Tal vez esto resulte un poco ñoño, pero es literalmente cierto.
Comienzo mi andadura en el IES Benjamín de Tudela y espero que sea larga y placentera. La ilusión por el comienzo de cada curso permanece en mí intacta. Ponerle cara a mis nuevos alumnos cada año es una sensación muy satisfactoria.
Así empieza este curso, con una sensación de fondo de ligera decrepitud institucional, pero dominando por encima de todo la ilusión.
A todos mis compañeros… ¡buen comienzo de curso!