Según indica él mismo en la web de su productora, ’93 metros’, “David Beriain es reportero y director de documentales. Como corresponsal de guerra ha cubierto conflictos en Irak, Afganistán, Sudán, Congo y Libia. Es uno de los pocos reporteros del mundo que ha conseguido internarse en los campamentos de las FARC. Su trabajo en Colombia le llevó a ser finalista de los Bayeux-Calvados, el galardón internacional más prestigioso para corresponsales de guerra. David ha entrevistado a comandantes talibanes, ha acompañado al Ejército norteamericano en algunas de las peores operaciones de las guerras de Irak y Afganistán, ha conseguido penetrar al mundo secreto de los niños sicarios de Colombia y ha retratado la violencia en las calles de Caracas. Uno de sus últimos trabajos, Percebeiros, fue seleccionado para los premios Goya. El trabajo de David se caracteriza por una capacidad de acceso única a esos mundos clandestinos y a sus protagonistas, con los que, por alguna razón, consigue conectar. Sus historias están llenas de intensidad, de información, de acción y de emoción.”
David es un navarro de Artajona y tiene treinta y siete años.
Imagen tomada de Diario de Navarra
La historia de esta entrevista es un tanto curiosa. Nuestro profesor, Rafa Fernández, tuvo contacto con Beriain hace varios años. Fue en la primera persona que pensó para el concurso. Se puso en contacto con él y tras unas cuantas conversaciones la cerró para el lunes, catorce de abril. El periodista se encontraba en Perú, en concreto en la selva de ese país, así que finalmente la entrevista la realizamos durante una clase, en el despacho del director, y por teléfono. Allí eran las seis y media de la mañana.
Nuestro objetivo es entrevistar a una persona emprendedora. ¿Te consideras así? ¿Por qué?
Bueno, más que una persona emprendedora, me considero una persona que hace lo cree que debe hacer con su vida. Todos tenemos un tiempo, una vida para poder hacer por una sola vez. A veces puede parecer que tenemos “vidas extras”, pero no… Pues yo he decidido hacer con mi vida lo que estoy haciendo.
¿Nos podrías decir cuál fue la razón o la motivación que te animó a dedicarte a tu profesión? ¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu trabajo?
Lo que más me gusta es la oportunidad de compartir con un montón de gente distinta un pedazo de sus vidas, sobre todo un pedazo de sus vidas importante, trascendente. De alguna manera, cuando la gente te abre las puertas de su vida en las situaciones en las que yo suelo trabajar, pues te está dejando ver un cachito de sus vidas en un momento en el que incluso podrían perder la vida y eso es un intercambio, un regalo muy grande que uno tiene en un momento importante de esas personas.
¿Lo que menos me gusta de mi trabajo? Pues que veces está demasiado ligado a la vanidad, al ego de las personas, de los periodistas y demás. A veces parecen más importantes los periodistas o la imagen que tienen en la televisión, o lo que dicen de ti que las historias de las personas que están contando.
¿Si no te hubieses dedicado al periodismo qué te hubiera gustado hacer?
Pues la verdad no tengo ni idea y es una muy buena pregunta, porque soy bastante inútil para cualquier otra cosa. Entonces…, no lo sé. Es una vida que ya no voy a vivir… pero la verdad que no lo sé.
¿En qué reportaje te has arriesgado más? ¿Cómo convives con el miedo en tu trabajo?
Convivo mal, porque no soy una persona muy valiente, es más me asusto mucho, soy bastante cobarde. Pero creo que mi trabajo no es el más valiente, ni estar más loco o arriesgar más. Mi trabajo es conseguir la historia con el mínimo riesgo posible. Es cuestión de ecuación, con dos incógnitas: una es cuánto riesgo asumo y otra es qué tan buena es la historia que consigo. Y mi trabajo es hacer que pese mucho la historia que consigo y que el riesgo sea muy poco.
En todos los reportajes te arriesgas un poco…. pero posiblemente en Afganistán me arriesgado bastante, sí.
¿Cómo es estar al lado de un terrorista?
A veces asusta. Asusta porque cuando te pones al lado del asesino, del terrorista (ese que llaman terrorista), del que mata, del que viola, del roba o el que trafica a mí gustaría pensar que es muy diferente a mí, que es casi como otra especie humana que no tiene nada que ver contigo. Que las razones que le llevan a esas personas a hacer lo que hacen que nunca te podrían pasar a ti. Pero al final te das cuenta de que es muy parecido a ti, que no hay tanta distancia y eso asusta. Y cuando alguien te cuenta su vida y las circunstancias por las que ha hecho lo que ha hecho y te cuenta sus razones, muchas veces lo que ocurre no es que lo compartas o que te parezca bien ni que estés de acuerdo, pero siempre hay una razón para comprender algo, un poquito a cada persona.
¿Podrías resumirnos cómo es el proceso de creación de un reportaje?
En mi caso, lo que yo hago es… me interesa una historia, entonces investigo, me documento, leo sobre ella, trato de saber más. Como generalmente yo trabajo fuera de España, pues lo primero que hago es buscar, incluso antes de viajar, en ese lugar una persona que me pueda ayudar en el terreno, un guía. Porque todos tenemos que reconocer, es muy importante, que uno no sabe de ese sitio. Es muy importante ser humilde y reconocer que no sabe. La peor clase de ignorancia es pensar que sabes cuando no sabes. Cuando te das cuenta y admites que no sabes, siempre tienes la oportunidad de aprender. Entonces, yo reconozco que no sé y busco a quien sabe trabajar conmigo sobre el terreno y, digamos, que intento trabajar con él. Y luego, se trata de ir, ver, preguntar, escuchar y pensar sobre lo que has visto y contarlo.
Me enseñaron mis maestros que saber escribir, saber contar historias eran cinco cosas. Saber mirar, saber escuchar, saber pensar sobre lo que has escuchado y lo que has visto, saber expresar lo que has pensado sobre lo que has escuchado y lo que has visto y, por último, entender un poco eso que llaman la naturaleza humana.
¿A qué personas admiras de tu profesión?
Admiro a muchas, pero voy a decir una…, una chica que se llama Jineth Bedoya, que es colombiana y que cubre mucho la guerra que se lleva a cabo en su país. Y la admiro mucho, y admiro mucho sobre todo a los periodistas que viven en sitios muy difíciles y escriben sobre los sitios en los que viven. Porque yo, por ejemplo, tengo la ventaja de que normalmente trabajo fuera de mi casa, entonces siempre tengo la oportunidad de trabajar en otros sitios y de escribir sobre realidades que no son las mías. Y luego cuando a la gente no le gusta o critico o denuncio cosas y se arma lío, pues no soy de allí, siempre tengo la posibilidad de irme, de marcharme, de no estar ahí. Eso me da mucha libertad a la hora de poder contar lo que pasa, aunque haya intereses que molesten o que, de alguna manera, la verdad escueza. Pero admiro mucho a las personas que cuentan lo que pasa en su ciudad o en su país, porque esos son unos héroes que asumen las consecuencias luego y tienen que vivir con ello y a pesar de todo cuentan la verdad. Y en el caso de Jineth, ella vive en Colombia y cuenta la historia de Colombia, cuenta lo que pasa en todos los bandos del conflicto, lo que cuentan las FARC, lo que cuenta el ejército, lo que cuentan los paramilitares y lo hace de una manera muy justa y muy honesta, y eso me parece que tiene mucho valor.
En nuestra clase hay gente de Ecuador y de República Dominicana. ¿Has estado en estos países? Si es así, ¿qué te parecieron?
Pues no he estado en República Dominicana nunca, he estado en Ecuador un par de veces. Bueno, me parece un país hermoso, una gente maravillosa y muy interesante. A mí me ha gustado mucho estar allí, he estado sobre todo en la Amazonía ecuatoriana, haciendo historias sobre tribus indígenas y la verdad que ha sido muy interesante, fascinante. Y los ecuatorianos que tenéis en la clase tienen la suerte de proceder de un país increíblemente bonito, un país muy, muy, interesante.
Hemos visto en internet que el reportaje de los niños sicarios de Colombia es el que más te ha impactado. ¿Nos podrías hablar un poco sobre ese reportaje?
Pues sí, fue uno de los que más me impactó, quizás porque trataba de niños que han vivido una vida muy difícil y en una situación en la que son adictos algunos de ellos a las drogas. Una situación en la que, generalmente, no tienen familia que se ocupe de ellos. Bueno, pues por diferentes circunstancias, como digo, todas ellas muy duras y terribles matan a otras personas por dinero. ¿Por qué se escogen niños o jóvenes para matar por dinero? Porque los que les encargan los asesinatos, que generalmente son narcotraficantes, saben que la ley dice en Colombia que cuando tienen menos de una edad, no van a ir a la cárcel y entonces, de alguna manera, ni paga esa persona por ese crimen y tampoco el que se lo encarga. Y también porque saben que mucho más fáciles de convencer, que son más manipulables que las personas más adultas. A mí lo que más me impactó fue conocer a niños de once, diez, incluso nueve años que mataban por menos de treinta euros, quitaban una vida por menos de treinta euros. Y fue muy impactante conocer hasta que punto esos niños también son víctimas; víctimas de una manipulación, muchas veces han sido abusados, violados. Es impresionante ver cómo el asesino es también una víctima, de esa manipulación, de esa opresión, de esa injusticia de que esos niños no puedan tener una familia, una vida, una educación y acaben teniendo que hacer eso.
Has viajado a muchas partes del mundo en busca de un buen reportaje. Si pudieras ayudar a alguna de las personas que has conocido, ¿a cuál sería y por qué?
He intentado ayudar sobre todo a esos niños colombianos que se dedican al sicariato, que están en manos de las bandas armadas del narcotráfico en Colombia. Intenté en su momento que alguna de esas personas recibiese ayuda y tuvimos cierto éxito en esto, porque necesitaban una oportunidad, algunos de ellos tuvieron la ocasión de poder salir de esto para estudiar, para poder portarse mejor y conseguimos que gente de España les ayudase y se les ayudó y creo que hoy en día están en una mejor situación.
Si tuvieras que quedarte con uno solo de tus reportajes, ¿cuál sería?
Bueno… sería casi como preguntarle a un padre con cuál de sus hijos se quedaría. Cada uno ha costado mucho esfuerzo, mucho trabajo, mucho tiempo, mucha dedicación, mucho riesgo y no sabría… Hay algunos que me gustan más que otros, pero no me gusta escoger entre unos y otros porque de todos uno aprende y en todos hay vidas de personas involucradas y no me gustaría tener que elegir.
Saber idiomas te ayudará en tu profesión… ¿cuántos idiomas hablas?
Pues lamentablemente solo inglés y español. Aprender idiomas ayuda y mucho a entender no solo lo que te dicen, sino la cultura de las personas que lo dicen. No tengo demasiada facilidad y en el tiempo en el que yo crecí ya aprender inglés bien, ya era un reto muy grande. Entonces yo aconsejo a todas las personas de vuestra edad que se quieran dedicar al periodismo, y las que no, que aprendáis todos los idiomas que podáis. Es muy importante. Vais a vivir en un mundo en el que cada vez todos vamos a estar más conectados, vamos a depender unos de los otros y es muy, muy, importante que aprendáis todos los idiomas que podáis. No seáis como yo en ese aspecto.
¿Cuántos premios de periodismo has ganado y cuáles son?
Pues no muchos, la verdad. Y tampoco creo que ganar premios sea importante. Gané uno de los premios más importantes de periodismo digital del mundo y también fue finalista del premio más importante de corresponsales de guerra del mundo. Pero esas cosas de los premios y demás, en realidad son un poco absurdos. Son cosas que nos damos en nuestra profesión a nosotros mismos para pensar que hacemos bien o mejor o peor las cosas. A todos nos gustan y a todos nos estimulan la vanidad y el ego, pero lo realmente importante, el premio para mí, es saber que hay personas cuya vivencia llega a otras personas, que se conmuevan con ella, o que de alguna manera se enteran de lo que pasa en el mundo gracias a lo que cuento yo. Ese es el premio más grande que uno puede recibir.
¿Qué personaje de los que has entrevistado te ha impactado más?
Un niño sicario de once años colombiano que se llamaba Felipe.
Seguro que has aprendido muchas cosas de los lugares a los que has viajado, ¿nos podrías decir alguna de esas lecciones?
La lección más importante que uno aprende es ser humilde, en el sentido de que te das cuenta de lo pequeño, de lo frágil que eres, de lo agradecido que tienes que estar por lo que tienes y por lo que se te ha dado, de lo difícil que es la vida para algunas personas, de lo maravilloso que es el mundo, de lo grande, de lo impactante y terrible y fascinante que es el mundo y de la cantidad de vidas y de personas que hay ahí fuera. Lo que uno aprende de este trabajo es a darse cuenta de que la realidad es más grande que uno y de que uno se hace libre cuando lo que importa no es uno mismo y sus tonterías y –con perdón– sus mierdas en su vida, sino más bien los demás.
Bueno, David, pues esta sería la entrevista. Tenemos una última pregunta. Ya que estás en Perú, en la selva peruana, ¿nos podrías contar un poquito de lo que estás haciendo en estos momentos?
Primero agradeceros a todos el montón de preguntas que me habéis hecho y el interés… ya he visto que os lo habéis currado mucho. Disculpadme, que al principio cuando me habéis llamado, me habéis pillado medio dormido y saber qué estaba pasando. Pero de verdad os agradezco que os hayáis tomado el interés y que os hayáis preocupado.
No os puedo contar… porque estoy trabajando para, digamos, un canal grande con el que he firmado un acuerdo de confidencialidad sobre lo que estoy haciendo, hasta que se pueda contar. Es una serie para Discovery Chanel, que no os puedo decir mucho de qué va, pero que se verá a finales de año en España en Discovery Max y que será una serie de reportajes sobre esa parte del mundo. Es todo lo que puedo contar, ya lo siento, me gustaría contaros más, pero estad atentos y a ver si me veis por ahí.
Un abrazo para todos… y ¡que estudiéis mucho!
¡Hasta luego, chao!
En el siguiente vídeo puede verse un fragmento de la entrevista al reportero David Beriain.
Arielis Castillo Ramírez, Edwin Maza Masache, Elvis Medina Cizmaru (grupo: PROA 2, I.E.S. Benjamín de Tudela)