PARA EL EQUILIBRIO EMOCIONAL DEL PROFESORADO

  • Reflexionar sobre la propia actividad.  ¿Qué he hecho bien?.  ¿Qué puedo mejorar?.
  • Compartir lo que nos funciona en clase, académicamente y  en la relación con el alumnado.  Preguntar qué funciona al resto del equipo docente.  Ver cómo lo hacen.  Aprender.
  • Los amigos/compañeros.  Redes de apoyo mutuo.  La queja/catarsis es necesaria, pero no suficiente.
  • El distanciamiento.  No personalizar.  El “ataque” no es a mi, porque no me conocen personalmente, sino a mi rol de profe.
  • Cierta dosis de humor.  

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Orientadora educativa
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