Bajo el título aparecen diez cuentos – más propiamente se les podría denominar parábolas -, rematados por esa Carta al padre, que es también un testamento impúdico del escritor checo. Sólo el desvergonzado escribe, decía Bernhard, y es cierto que Franz Kafka sostiene un cuerpo a cuerpo tenso y sin tregua con el padre, con …