Lo que venimos observando en los escolares sobre el modo de trabajar con los ordenadores está diagnosticado certaramente en este libro.
El ensayo de Nicholas Carr “Superficiales” nos remite a la utilización de la Red, de Internet como un deslizarse por la superficie sin ahondar, sin profundizar en la información que se nos presenta. Ante el caudal sobreabundante y excesivo de datos e imágenes que recibimos, lo que se valora es la rapidez y la eficiencia.
El pensamiento humano se había nutrido de una linealidad – la proporcionada por el documento impreso – y una profundidad – un método de análisis con el fin de establecer las causas de un fenómeno, las consecuencias de un principio, la confirmación de la hipótesis, etc. – en las que descansaba su avance. Hasta ahora.
En la Red la capacidad de concentración o contemplación no tiene premio. Me atrevería a decir que está castigada… Si queremos hacer un alto en nuestra navegación, enseguida recibimos un aviso. La Red está diseñada para interrumpir la atención.
Jul 11