La historia sagrada
Utilizando la iconografía religiosa de los evangelios, Jesucristo figura central en su túnica blanca resplandeciente, que realiza milagros, ya se sabe, lisiados, ciegos, leprosos.., icono con una larga tradición en las artes, cabe un diálogo trasgresor y satírico.
En primer lugar la situación y el contexto, Judea, siglo I, sabemos que esta era una babel de razas, clanes, grupos: judíos, romanos, samaritanos, esenios, fariseos, griegos…
En segundo lugar nuestros conocimientos, Cristo curaba enfermos, incluso muertos, caso de Lázaro, sin preguntar su origen, o al menos no hay noticia de tal interés en los evangelios. Así empezamos a encontrar similitudes con nuestro contexto actual, nuestros médicos no se han preocupado hasta ahora por saber de dónde procedía el enfermo, sino por su dolencia.
Verificada la condición de aborigen, nacional, “de aquí de to la vida”, se puede proceder a la cura. El uso del registro vulgar refuerza la confianza en la palabra del enfermo arrodillado, la tarjeta sanitaria en regla de nuestro contexto.
La contrapublicidad opera con imágenes conocidas para, alterando a veces los diálogos, poner en cuestión el producto. Aquí se trata de extrapolar una historia bíblica que considermos paradigmática.