“LAS RUINAS DEL RESPETO” de Juan Marín
1. A. El autor partiendo de la anorexia y sus estragos nos hace reflexionar sobre la inmoralidad que supone la contemplación en los medios de nuestras miserias.
B. Juan Marín ha escrito una columna, género de opinión que le permite partir de una noticia de actualidad, la campaña publicitaria de No-lita, para ofrecer su punto de vista en su colaboración habitual u con indudable voluntad de estilo.
Aunque se parte de una secuencia inicial narrativa, la de la muchacha que se obsesiona, líneas 1-9, el periodista ha incorporado su juicio modalizando el discurso a través de afirmaciones rotundas – líneas 9-12 -, la primera persona, la adjetivación negativa – “escandalosos”, insensibilidad “patente” -, las formas verbales contundentes – “destroza”, “deshace” -, haciendo que en conjunto prevalezca el tono argumentativo, con ligeros apuntes expositivos – líneas 25-32 -, con los que se explica los anuncios realizados por el fotógrafo Toscani.
C. Es indudable que Juan Marín como columnista ha incorporado su voz propia, desde ese saludo inicial, casi coloquial, “Hola. Les cuento”, a la utilización del plural de primera persona con la que busca la complicidad del lector. Lector, receptor, que no se limitará al del “Heraldo de Aragón”, periódico regional de mayor difusión en esa comunidad, donde está publicada la columna. Habrá que pensar, tal vez, en personas preocupadas por los excesos de los medios de comunicación, en especial, los audiovisuales, publicidad y televisión, a la hora de mostrar las imágenes más indecorosas.
Escrito en un registro estándar, habitual de los medios, contiene recursos retóricos como la comparación (“con la misma distancia … con que otros colegas suelen fotografiar automóviles o helados de chocolate”), que embellecen el texto. Aparece la función conativa, el autor trata de convencernos de su posición, pero no falta la expresiva, se siente afectado por el tema, y la poética en la adjetivación y los recursos.
2. B. La expresión “Sobre las ruinas del respeto humano, el dolor es el espectáculo”, se apoya en una metáfora inicial, “ruinas”, es decir, la destrucción de cualquier dignidad, que es lo que acontece en las imágenes de enfermos, anoréxicas, etc, para “construir” un acontecimiento