La memoria e Internet

Diversos estudios se han encargado de determinar qué áreas del cerebro se activan con unas u otras tareas. Así se ha estudiado el comportamiento del cerebro con un grupo de personas lectoras de libros impresos y, alternativamente, con otro grupo que leía páginas digitales. En las primeras las áreas activadas corresponden a las regiones del lenguaje, el léxico y el procesamiento visual. En las segundas, las regiones prefrontales asociadas con la resolución de problemas y toma de decisiones.
Todos estos resultados nos devuelven la importancia de un filósofo de la comunicación como Mac Luhan y su visión de las tecnologías, como prolongaciones del cerebro humano y conformadoras de nuestra mente. En cierto modo, las sucesivas tecnologías nos construyen, edifican nuestro intelecto.
Es obvio que Internet refuerza la memoria a corto plazo – asimilable a la agenda de trabajo -, mientras desdeña la memoria a largo plazo, que es la base de nuestro entendimiento, de los esquemas que nos permiten interpretar el mundo, de la resolución de problemas complejos.
La Escuela debería considerar críticamente el uso de las tecnologías en la enseñanza, no para apartarlas, de todo punto imposible, sino para combinarlas sabiamente.

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