Hace un año escribí mi primera entrada rememorando una de mis películas preferidas, “Le fabuleux destin d’Amélie Poulain”; hoy la vuelvo a recordar citando a uno de sus personajes, Madeleine Wallace, la portera.
El destino quiso que se llamase así por su triste condición llorona (su marido la había dejado por su secretaria y además había muerto, ella que tanto le había amado):
“Je m’appelle Madeleine Wallace. On dit «pleurer comme une Madeleine», hein, c’est comme ça qu’on dit? Et Wallace, les fontaines Wallace… C’est vous dire si j’étais prédestinée aux larmes!”
(Me llamo Madalena Wallace. Se dice ‘llorar como una Madalena’, ¿se dice así, no? Y Wallace, las fuentes Wallace… Le diré si no estaba predestinada a las lágrimas).
¿Quién, a lo largo de su vida, no ha llorado como una Madalena? Todos conocemos la expresión. Pero ¿conocéis las fuentes Wallace?
Forman parte del mobiliario urbano parisino, convertido en imagen emblemática, entre otros junto a las columnas Morris (destinadas a la publicidad teatral y cinematográfica ) y a las entradas de metro Guimard.
Las fuentes Wallace son fuentes de agua potable públicas, de hierro fundido, que podemos encontrar por todo el mundo, pero fue en Paris donde se implantaron las primeras. Se llaman así en honor a su creador, el filántropo británico Sir Richard Wallace.
Situémonos en 1870, final de la guerra franco-prusiana; para París fue desastroso, sobre todo para el abastecimiento de agua (numerosos acueductos y fuentes fueron destruidos). Sir Richard Wallace, rico heredero inglés, parisino de adopción, decidió ponerse al servicio de sus habitantes financiando estas fuentes.
Su diseño sigue cuatro criterios : un tamaño suficientemente grande para ser visto por todos, pero sin destacar demasiado para no ser el centro del paisaje urbano; una forma que combinara utilidad y estética; un coste moderado que permitiera una difusión general, y un material sólido (hierro fundido) y de fácil mantenimiento.
Existen cuatro modelos, de los que el más conocido es el diseñado con cuatro cariátides, que representan la Bondad, la Caridad, la Sencillez y la Sobriedad y las cuatro estaciones del año; en la base se pueden ver cuatro tritones enroscados en un tridente, que simbolizan el agua.
Hasta 1952 había unos vasitos de hierro atados a una cadena, pero fueron eliminados por razones de higiene.
Si visitáis Paris, seguro que os encontráis con más de una, actualmente hay 120, donde podréis saciar vuestra sed tranquilamente, ya que es agua potable, entre el 15 de marzo al 15 de noviembre.
Encontraréis mucha información en http://www.fontaine-wallace.info/
He aquí los cuatro modelos (imágenes de http://fr.wikipedia.org/wiki/Fontaine_Wallace):
Os dejo la canción “Le bistrot” de George Brassens, en donde apuesta beberse el agua de todas las fuentes Wallace si… Escuchad…
La letra y la traducción al español aquí.
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