La viñeta es una representación gráfica de la preparación que reciben los estudiantes del actual Plan Bolonia. Es un plan de enseñanza con varios puntos fundamentales muy positivos como la homologación de los títulos universitarios para toda la Unión Europea, mejora de la calidad educativa disminuyendo el número de alumnos por clase, fomentando así la participación y la supresión de las clases magistrales…
Sin embargo, sin entrar ya en detalles de cómo sale el dinero para pagar este desarrollo, su financiación, toda la serie de barreras no solo económicas sino académicas(es otro capítulo); el problema principal es la filosofía de fondo que orienta esta reforma, que se trata de la incorporación del estudiante al mundo laboral desplegando un funcionamiento mercantil de la educación. (“aumento de la movilidad estudiantil y laboral en el espacio europeo y la mejora de la incorporación de los estudiantes en el mundo del trabajo”-Declaraciones oficiales del Plan Bolonia.)
Por lo tanto con este Plan la finalidad no es una educación que proporcione la producción de seres humanos “razonables”, capaces de juzgar y decidir razonablemente, sino el de mano de obra intelectualmente cualificada propia de la globalización neoliberal.
Con el argumento de que la educación debe atender a las demandas sociales, se hace una interpretación claramente reduccionista, poniendo a la escuela y a la universidad al servicio de las empresas y centra la formación en preparar el tipo de profesionales solicitados por éstas. Así la educación y los currículos deben ser pensados de acuerdo con las exigencias del mercado y como preparación al mercado de trabajo. La persona trabajadora “flexible” y “polivalente” constituye así la referencia del nuevo ideal pedagógico y el papel público de la educación como campo de entrenamiento para la democracia y para la ciudadanía democrática se ha pasado a considerar como un despilfarro del gasto público.
La viñeta parece hacer referencia a la progresiva degeneración que supone la reforma del plan educativo superior, conocido como ‘Plan Bolonia’.
Enfatiza en la desvirtuación que supone la fragmentación de saberes en referencia al Conocimiento; de forma gráfica pretende criticar la especialización exhaustiva y excluyente en los diversos campos del saber. Esto supone una potente sabiduría en un área determinada frente a una gran ignorancia frente a los demás. Lo cual es fomentado por las democracias de mercado actuales; el énfasis en los saberes “prácticos”, de forma que se anula el pensamiento crítico respecto a lo demás, así como la autosatisfacción y la felicidad de consumo.
Esta figura ya fue criticada por el filósofo español Ortega y Gasset, denunciando la proliferación de ‘bárbaros especialistas’, hombres-masa; trabajadores competentes, inofensivos respecto al poder y por lo tanto, sumisos.
La viñeta es una representación gráfica de la preparación que reciben los estudiantes del actual Plan Bolonia. Es un plan de enseñanza con varios puntos fundamentales muy positivos como la homologación de los títulos universitarios para toda la Unión Europea, mejora de la calidad educativa disminuyendo el número de alumnos por clase, fomentando así la participación y la supresión de las clases magistrales…
Sin embargo, sin entrar ya en detalles de cómo sale el dinero para pagar este desarrollo, su financiación, toda la serie de barreras no solo económicas sino académicas(es otro capítulo); el problema principal es la filosofía de fondo que orienta esta reforma, que se trata de la incorporación del estudiante al mundo laboral desplegando un funcionamiento mercantil de la educación. (“aumento de la movilidad estudiantil y laboral en el espacio europeo y la mejora de la incorporación de los estudiantes en el mundo del trabajo”-Declaraciones oficiales del Plan Bolonia.)
Por lo tanto con este Plan la finalidad no es una educación que proporcione la producción de seres humanos “razonables”, capaces de juzgar y decidir razonablemente, sino el de mano de obra intelectualmente cualificada propia de la globalización neoliberal.
Con el argumento de que la educación debe atender a las demandas sociales, se hace una interpretación claramente reduccionista, poniendo a la escuela y a la universidad al servicio de las empresas y centra la formación en preparar el tipo de profesionales solicitados por éstas. Así la educación y los currículos deben ser pensados de acuerdo con las exigencias del mercado y como preparación al mercado de trabajo. La persona trabajadora “flexible” y “polivalente” constituye así la referencia del nuevo ideal pedagógico y el papel público de la educación como campo de entrenamiento para la democracia y para la ciudadanía democrática se ha pasado a considerar como un despilfarro del gasto público.
La viñeta parece hacer referencia a la progresiva degeneración que supone la reforma del plan educativo superior, conocido como ‘Plan Bolonia’.
Enfatiza en la desvirtuación que supone la fragmentación de saberes en referencia al Conocimiento; de forma gráfica pretende criticar la especialización exhaustiva y excluyente en los diversos campos del saber. Esto supone una potente sabiduría en un área determinada frente a una gran ignorancia frente a los demás. Lo cual es fomentado por las democracias de mercado actuales; el énfasis en los saberes “prácticos”, de forma que se anula el pensamiento crítico respecto a lo demás, así como la autosatisfacción y la felicidad de consumo.
Esta figura ya fue criticada por el filósofo español Ortega y Gasset, denunciando la proliferación de ‘bárbaros especialistas’, hombres-masa; trabajadores competentes, inofensivos respecto al poder y por lo tanto, sumisos.